Aitzol Altuna Enzunza
Tras la caída del Imperio Romano y ya bajo el reino de Nabarra, en
siglos XI al XII, es cuando las poblaciones bizkaínas se empezaron a
asentar de nuevo en los enfangados y boscosos valles frente a los
antiguos asentamientos a media ladera cerca de los caminos pastoriles y
de comercio que atravesaban las lomas de los territorios costeros,
atalayas naturales que evitaban a los bandidos o a las mesnadas enemigas
por tener mejor visibilidad ante un ataque y donde, además, estaban los
mejores pastos, lo que reforzaría el posible significado de “lomas” de
la voz “Bizkaia”, de la euskérika “bizkarra”.
Sería Errigotia o "Tierras en lo alto" uno de esos lugares elegidos,
privilegiado por sus vistas, de donde se controla toda la comarca de la
ría de Gernika-Urdaibai e incluso Mungia con su antigua torre de
Billela, todo ello desde una de esas lomas que lleva el nombre
significativo de Bizkaigane. Pues bien, el escudo de la villa de
Errigoitia, es un águila negra con alas abiertas en campo rojo, las
mismas que usaban los reyes de Nabarra de la primera dinastía, la
“pirenaica”. Según el padre Moret en “Investigaciones” tal y como recoge
Andrés de Mañaricúa en su libro “Vizcaya, siglos VIII al XI los
orígenes del Señorío”: “adoptó por armas dicha villa de Rigoitia una
Águila negra, con las alas abiertas en campo rojo, las mismas que usaban
los Reyes de Nabarra”.
Es más que probable que Bizkaia pasara a integrarse de forma voluntaria
en el Reino de Pamplona-Nabarra, junto al resto de los vascos o
baskones, para crear el Estado baskón de Nabarra. Baskonia, de la que es
hija Nabarra, se trataría uno de los pocos casos en la historia donde
una nación previa se da así misma un Estado, por tanto sería uno de los
pocos casos de una “Nación-Estado”, marcada su constitución y
organización por nuestro derecho pirenaico, de arriba abajo. No se tiene
constancia de lucha interna alguna para la creación del reino de
Pamplona-Nabarra como no la hubo en la creación del ducado de Baskonia,
lo que hace pensar en una unión de intereses entre todos los baskones.
La presión asturiana está sin duda detrás de la incorporación de una
Bizkaia al floreciente reino de Pamplona-Nabarra, al quedar alejada del
centro político baskón que estaba al norte de los Pirineos.
El primer Señor de Bizkaia fehacientemente datado es del año 920, se
trataría de Munio López (o Manso López), que podría ser hijo de López
Fortun (870-909), natural de algún lugar del Urdaibai, el cual se casó
con Belazquita (Velasquita), hija del rey nabarro Sancho I Garcés y doña
Toda Aznar. Según la tradición, Munio López fue sitiado y muerto por su
propio hijo, su tumba estaría en Aretxabalagane, en la iglesia
construida en románico nabarro del siglo X de San Martín de Morga
(actual centro parroquial), cerca a su vez de la ermita juradera de San
Esteban de Gerekiz, también románico nabarro del mismo siglo X (renovada
tras un incendio en 1961), donde se hallaron estelas tardo-romanas del
siglo IV, quizás de una antigua calzada romana que según Julio Caro
Baroja transcurría por la costa.
En Aretxabalagane se celebraban probablemente las primeras Juntas de
Bizkaia, bajo su árbol juramental y en la ermita juradera cuando
lloviese, se trata de una zona de confluencia de caminos en la misma
zona montañosa y en esas lomas origen de la Bizkaia primigenia que le
dan nombre. Después la Juntas de Bizkaia pasarán a Gernika para ser esta
su ubicación definitiva en el siglo XV.
Es en las Genealogías de Meyá o Roda (970-992) descubiertas en la
diócesis de Urgell (Santa María de Meyá, Lleida), donde aparece la
primera referencia de un “Comitis Biscahiensis”, por tanto ya dentro del
reino de Pamplona-Nabarra: Bizkaia era una unidad política libremente
adherida al Reino de Pamplona-Nabarra: “ordo numerum regnum
Pampilonensium (...) domna Belasquita, usor fruit domni Momi Comitis
Bizcahiensis”.
Joxe Garmendia Larrañaga en “Euskal Herriko Hezkuntzaren Historiarako
Dokumentazio Gunea” comenta sobre los primeros señores de Bizkaia:
“Aparece como conde de Álava Monnio Vigilazi (Munio Velaz ) en la
escritura de Valpuesta otorgada el 18 de mayo de 918. Parece ser hijo
del conde Vela Semenonis, defensor de Cellorigo en el 881 (Rioja Alta,
entre Haro-Pancorbo ). Este Munio es, probablemente, el Momi, Conde de
Vizcaya, que figura en la primera genealogía de Meyá y casado con Doña
Belasquita, hija de Sancho I Garcés de Navarra”.
www.euskomedia.org/aunamendi.
Sin Embargo, otros autores como Aitor Pescador Medrano en “Tenencias y
tenentes del reino de Pamplona, en Álava, Vizcaya, Guipúzcoa, La Rioja y
Castilla” del año 1999, demuestra como imposible que sea la misma
persona por la edad, como también es difícil que se le nombre como señor
de la Bizkaia primigenia y no se haga referencia al condado de Alaba,
mucho más importante en esos momentos, por lo que deben de ser dos
personas diferentes.
La Nabarra Occidental forma parte desde un inicio del reino nabarro, ya
en el siglo IX, hecho avalado por los límites de las diócesis
eclesiásticas en tiempos visigóticos, ya que todas las tierras de habla
vasca peninsular formaban parte de la diócesis de Pamplona, tal y como
señala el historiador L. Serrano. Así los obispos de Alaba de los siglos
IX y X firman como obispos “in Álava et in Vizcaia”, lo que no deja
dudas de la no-pertenencia de Alaba y de Bizkaia al obispado castellano
de Burgos, ni de Castilla ni tampoco de Asturias.
Está también bien documentado la existencia del condado con Sancho el
Mayor sobre el año 1040 con Don Eneko Lupiz latinizado como Iñigo López,
apodado “Ezkerra” (“el zurdo”, años 1040-77), que además era tenente en
Nájera –entonces capital del reino, por tanto un cargo muy importante-,
al que sucedió su hijo Lope Iñiguez II (1077-93) y su nieto Diego López
I (1093-1124).
El condado de Bizkaia pasó a ser nombrado como Señorío por primera vez
en el año 1040 con el mencionado Iñigo López “Ezkerra”, aunque aparece
tanto como “comite”, “senior”, “dominator” y como “dux” en diferentes
documentos de Valvanera, San Millán de la Cogolla, Albelda (los tres en
La Rioja y dentro del reino de Pamplona-Nabarra), Iratxe o Leire. En
realidad la fecha en la que se puede decir que Iñigo López “Ezkerra”
tiene un título superior al de conde, es un documento de 1053 de Sancho
García IV el de Nájera (Antso Garsea o “gaztea”, el hijo de Sancho III),
donde da entender que Munio Sánchez era “comes” en Durango y que estaba
subordinado a Iñigo López, que aparece en el documento de 1051 como
“dux” en Bizkaia y Durango (firma como “Enego”), aunque el documento
parece extrapolado y no es segura la información y sí en el documento
que dice literalmente: “dux in illia piltria que uoatatur Bizcaia et
Duranco”, por tanto como un único tenente para ambos territorios, Antso
Garsea IV el de Nájera o Sancho García, firma como rey “in Pamplona et
in Alaua et in Bizcaia”.
El padre de Iñigo López, Lope Iñiguez, en 996 ya aparecía como
“Caballerizo Mayor” del rey García el “Tembloroso” y luego como
“Botiller” de su hijo el rey Sancho III el Mayor, después se la
adjudican varias tenencias en varios documentos nabarros como las de
Marañón (1015), la de Azagra (1031) o la de Arrosta o Ruesta (1032),
pero nunca firmó como tenente de Bizkaia, por tanto, parece que es con
su hijo Iñigo López cuando esta familia llega desde la Corte de
Pamplona-Nájera a Bizkaia, sin que sepamos a ciencia cierta el lugar de
procedencia original de esta familia.
Iñigo López, Señor de Bizkaia, se casó con Toda, hija del rey nabarro
Sancho García IV de Nájera, primogénito de Sancho III el Mayor, por
tanto se emparentó con la familia real nabarra.
La Torre de Madariaga de la familia oñacina del mismo nombre, está
situada en lugar predominante en una loma desde la que se dominan
amplias perspectivas como el estuario de la ría de Urdaibai, a medio
camino entre la capital bizkaina de entonces que era Bermeo (cabeza de
Bizkaia hasta 1602) y Gernika, torre que es muy apta para ejercer el
control físico del territorio y su explotación económica, podría ser una
de las casa torre originaria de los primeros gobernantes bizkaínos
dentro del reino de Pamplona-Nabarra, pues se sabe que en el año 1070
Iñigo López, señor de Bizkaia y su mujer, la princesa nabarra doña Toda,
donaron al monasterio nabarro de la Rioja de San Millán de la Cogolla
en sufragio de su hijo Sancho Iñiguez: “in Gorrikiz illos palacios de
Madariaga cum ovni pertenentia, terras, et manzanares (…)” (los palacios
de Madariaga con sus pertenencias, tierras y manzanares). En Gorrikiz
(actualmente Gorritiz), llamada también Torre de Urdaibai, del reloj o
del “perejil”, hoy un museo (“Gernikazarra historia taldea”).
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