MAFIA Y GOBIERNO VASCONGADO: SE VENDE SUELO PÚBLICO

 
viviendas VPO

MAFIA Y GOBIERNO VASCONGADO: SE VENDE SUELO PÚBLICO

 Unai Fernández de Betoño (Arquitecto)

Naiz.

El Gobierno de Lakua anunció el martes pasado que en septiembre iniciará el proceso de recuperación de mil viviendas que perdieron la calificación de VPO. El autor del artículo sostiene que «no es del todo cierto» y que se trata de la séptima privatización desde 2010.

El Gobierno Vasco nos anuncia en pleno julio otra privatización más de suelo público residencial. Con la que está cayendo en vivienda. Otra venta de suelo público sobre el que se construyeron viviendas protegidas en derecho de superficie. Nos lo publicitan, por supuesto, como «recuperación de viviendas VPO que se habían liberado». No es del todo cierto. Ni la primera vez que lo hacenEsta va a ser la séptima venta de suelo público con viviendas en derecho de superficie. Se dice pronto. La séptima privatización con la que PNV y PSE, desde 2010, nos van descapitalizando e impidiendo la posibilidad de crear un parque público de vivienda al estilo vienés. Las tres primeras ventas las hizo el PSE, con el lehendakari López; las otras tres, el PNV, con Urkullu, y ahora la van a perpetrar entre ambos partidos.

En las anteriores seis ventas de patrimonio público privatizaron 4.600 viviendas, de las que casi 1.700, el 34%, eran viviendas con protección permanente. Es decir, la excusa de «recuperar viviendas VPO ya liberadas» es mentira en un tercio de los casos. Pero es que hasta en el resto, los otros dos tercios, tampoco es cierto que las viviendas sean del todo libres: son viviendas construidas sobre suelo público en derecho de superficie para 75 años. Son libres y se pueden vender, sí, con una “pequeña” salvedad: año a año se van devaluando, porque en 75 años vuelven a ser absolutamente públicas, propiedad del Gobierno Vasco, sin que los compradores reciban ninguna compensación. Por eso las compraron mucho más baratas en su día.

No son del todo libres

Así que el argumento de que «es mejor que esas viviendas sean privadas pero de proteccción permanente, a que sean libres, porque así no se recalienta el mercado en caso de compraventa», es falso: esas viviendas no son del todo libres; su precio se devalúa a partir del sexto año, hasta valer 0 euros a los 75 años.

El tasador de esas viviendas lo sabe: aunque sean libres, su precio se deprecia, en concreto, por debajo del 60% del valor inicial pasados los 40 años. Los que sí han podido meter la pata son los bancos, si es que dieron hipotecas por el valor inicial. Mejor no pensar, ni como opción, que estas ventas de suelo público sean una medida para ofrecer más seguridad a los pobres bancos. Estaríamos ante un escándalo todavía mayor. No, ¿no?

Si lo que quiere el Gobierno Vasco es solo “hacer caja”, dinero rápido, que lo diga claramente. Privatizando los suelos de las mencionadas 4.600 viviendas ya sacaron 55 millones de euros entre 2010 y 2017. Ahora esperan sacar otros 20 millones de euros. Dicen que invertirán lo recaudado en políticas de vivienda, como si Vivienda fuera un departamento, al parecer el único del Gobierno, que tuviera que autofinanciarse. Lo que deben hacer es invertir en política de vivienda, sin vender patrimonio público. De primero de política (justa) de vivienda.

La mejor opción era, y sigue siendo, esperar los años necesarios, ya menos de cuarenta, para recuperar al 100% esas 9.500 viviendas, estén ya liberadas o no, que se hicieron en derecho de superficie y todavía no han privatizado PNV y PSE, para aumentar el parque público de vivienda en alquiler social. Combinando dicha espera, evidentemente, con otras políticas a corto plazo de consecución de vivienda de alquiler protegido. Las más inmediatas, compras por tanteo y movilización de vivienda vacía hacia Bizigune.

Mirada a corto

Lo de privatizar suelo público de vivienda es jugar a corto, gestionar sin visión a largo plazo. Además, esta descapitalización se une a la línea de avales públicos para comprar pisazos de 340.000 euros, a la desgravación por compra de vivienda, a las ayudas a fondo perdido a constructoras para el llamado “alquiler asequible”, al tijeretazo del 20% de las reservas de vivienda protegida... Estamos ante todo un rearme de la política inmobiliaria liberal, en el mal sentido de la palabra, que todavía no ha asimilado que esta crisis no se va a solucionar con las recetas de antes; es decir, construcción ilimitada de vivienda libre para el que pueda, unas pocas protegidas en propiedad para las clases medias-bajas y unas prestaciones para el resto.

Esa receta ya no vale porque cada vez menos gente que necesita su primera vivienda puede acceder a la misma en propiedad, ni pagarse un alquiler libre con la prestación. Hace falta un parque público de vivienda en alquiler social, estilo vienés.

Y no venderlo. Porque, ¿para esto quería el Gobierno Vasco una «reserva estratégica de suelo»? ¿Para venderla?


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