Bilbao capital europea de la usura y la basura, maldita final
La final de una competición europea de fútbol que se ha disputado en
Bilbao ha sido una desgracia total social y ambientalmente. Convendría
saber con qué tipo de sobornos se consiguen estos acontecimientos. Si la
ciudad inicialmente interesada porque cree que es un hecho y noticia
básicamente gráfica que hipnotizará al mundo y conseguirá una
recaudación importante. O, porque la entidad organizadora estimula como
es habitual, en contante clandestino, a los políticos del lugar ágiles
en estos menesteres de compra venta de espectáculos para que acojan a
las insoportables turbas de seguidores multibebedores que generan
conflictos y alteran la vida social urbana, que ciudades sensatas no
admiten. La faceta más borreguil de la agresiva pandemia turística.
Si
al alcalde que padecemos en Bilbao tanto le preocupa la imagen de la
villa, debería reconsiderar otros motivos. Lo primero que podría haber
protestado es por el vulgar cartel anunciador de pésima y desordenada
composición, color, proporción, en definitiva, un desastre. En fiestas
de barrios y pueblos de Euskal Herria se editan carteles de mayor
calidad.
Bilbao ofrece al mundo la indecente imagen de una
ciudad donde el alcoholismo está socializado por impulso municipal, que
acoge complacida a cambio de severos impactos ambientales a estas
manadas de bebedores que se desplazan por un partido de futbol y
requieren ser conducidos como ganado mientras van berreando e
incordiando en un lamentable cortejo controlados, no por perros, sino
por policías.
Empresarios hoteleros, que en miserables
declaraciones ya preferían que el Athletic no se clasificase para la
final, así llegaría otra gran remesa de otro equipo forastero, unos
30.000, con necesidad de albergue a los que extorsionar con precios en
el más puro modo mafioso. Chantaje justificado por lo que antaño fue un
gremio. Un tipo conocido de este clan ha llegado a afirmar, que esos
visitantes ingleses «gastan y beben más». Al proceso abusivo se han
añadido sectores como el servicio Uber de transporte, estafando en el
precio el trayecto del aeropuerto a la ciudad. Estos abusos
afortunadamente apenas afectan a la ciudadanía.
Pero lo que es
agresivo socialmente tiene, entre otros responsables, la Concejala de
Movilidad y Sostenibilidad Nora Abete, del PSE que se ha precipitado con
absurdas por exageradas y anticipadas restricciones al aparcamiento, a
la movilidad ciudadana impidiendo acceder a servicios básicos, Hospital
de Basurto, otras necesidades asistenciales perdidas o a la terminal de
autobuses de Garellano. Un estado de sitio de la ciudad vallada,
prohibida para sus habitantes, un Guantánamo impuesto por un
ayuntamiento rehén del contubernio de la UEFA. Es inadmisible que el
vecindario esté obligado a desplazarse cientos de metros para depositar
la basura doméstica, el proceso educativo y universitario se suspenda,
el transporte público alterado notablemente. Lo mismo que su homóloga,
la diputada de Transportes, Movilidad y Turismo, Sonia Pérez, incapaz de
organizar un sistema territorial de transporte de retorno al aeropuerto
de personas que tuvieron que pasar la noche a la intemperie en
cualquier lugar. Este tipo de dirigentes que tanto cobra, sobra.
Muchísimos
autocares aparcados en un espacio delicado, los muelles de Euskalduna,
cuyo pavimento no adecuado a este tránsito se habrá resentido cómo ya
ocurrió con la invasión de grandes camiones en las World Series by
Renault en julio de 2005, habiendo amplios espacios en la isla de Deusto
y en otros lugares próximos...
La disposición de los
campamentos alcohólicos, llamados fan zone, en Ametzola y Echevarria
Parkea ha creado severos problemas a sus vecinos. En estos recintos de
trago permanente de miles de hectolitros se habrá impuesto la cerveza La
Salve, es decir la oficial del PNV.
Resulta ofensivo que la ETB
y otros medio localistas, "El Correo" y a "Deia", a lo largo del año
denominen «buen ambiente» a lo que es todo lo contrario cualquier
entorpecedora concentración callejera consumista de empedernidos
bebedores. El concepto de banalidad y basura, tiene sentido en este
medio público.
Esta es la faceta más catastrófica del maldito
turismo, una plaga promovida por los poderes políticos buscando incautos
ciudadanos por el universo atraídos por publicidad estupefaciente, los
dichosos pintxos, la casi totalidad de catering tragados en pésimas
condiciones de salubridad, a merced de lo que quiera cobrar el camarero,
los clientes no solo los forasteros no saben cuánto cuestan y menos
cuánto les van a cobrar, realmente estafar.
La avaricia de
acaparar acontecimientos que desbordan la capacidad de una ciudad ha
propiciado este desastre. Las imágenes personas durmiendo en estaciones
del metro remiten situaciones bélicas de refugio. Asaltantes de
viviendas ante unos municipales paseando solo para que se le viera.
El
alcalde Aburto ha vuelto a fracasar y hacer el ridículo, por mucho que
su gabinete se empeñe en ensalzar o justificar la rapiña cometida por el
cártel de la hostelería, presentando lo sucedido como éxito. No está en
condiciones nada más que para el populismo, su tiempo ya se ha agotado
hace muchos meses. Las opiniones en los medios televisivos e impresos
adictos al sistema no se ajustan a la realidad social, han sido
manipuladas eliminando todo aspecto crítico.
Espero ver el día
que decaiga rotundamente el turismo, se cierren pisos patera, algunos
hoteles serán recalificados para convertirse en pisos y cierren
centenares de bares sobrantes que están hurtando, tuteladamente, el
espacio público. En ese momento la sociedad recuperará la felicidad
urbana, cívica, propia de una ciudad medioambientalmente sana, a la
injusticia social, el derecho a la vivienda, descontaminada de
agresiones a su idiosincrasia cultural, no dejarse explotar por la banda
de los fondos de inversión y otros secuaces coaligados con políticos,
en definitiva a una ciudad humanística, sensata.
Fútbol y genocidio
En
Palestina y más acusadamente en Gaza, no llega comida ni apenas hay
agua, resulta indecente y acusador el denigrante, espectáculo que
contemplé dicho maldito día al atardecer, motivo por el que
analíticamente acudí y pude entrar en el recinto acuartelado y calles
circundantes con decenas de miles de botellas, latas y vasos, bolsas de
comidas todo por el suelo, entre miles de jóvenes con lotes de
aprovisionamiento de drogadicción alcohólica. Se supone esperando a que
acabara el partido, que no era el motivo, sino a excusa, que les
convocaba, para coaligarse o pelearse con los fanáticos que salieran de
recinto futbolero. El insoportable modelo de la calle Ledesma es la
mayor contribución de Bilbao a la historia de la sociología y urbanismo
contemporáneo mundial que debería estudiarse. Motivo de interés para las
jornadas de reflexión, valor estratégico, oportunidad y prosperidad,
talento, liderazgo y futuro que organiza Bilbao Metrópoli 30.
En
este partido disputado en San Mamés en Bilbao no se ha sido capaz de
llamar la atención del mundo con un inicial minuto de silencio por el
genocidio diario en Palestina, en exterminio por la criminalidad
sionista. Todos los que ha acudido son, por su indiferencia, cómplices
morales de la matanza. Principalmente, los organizadores de la
competición y cargos políticos locales que, insensibles a la muerte de
millares de inocentes, asisten cómodamente sentados en el palco Si el
alcalde de Bilbao es el anfitrión, se convierte en un bufón al servicio
del cártel del negocio futbolero.
En definitiva, un rotundo
fracaso para Bilbao, su Ayuntamiento y la Diputación, que se acredita
como capital europea de la usura y le incapacita para solicitar más
agresivos festejos multitudinarios.
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