Pues habrá que votar a EH Bildu

ayunta


Autor: Borroka garaia da!


Esta mañana he estado viendo una página donde venían todos los resultados electorales desde la llegada de la democracia española que es más falsa que un euro de cartón. Cual escribano he ido apuntando lo que hice en cada ocasión. Si los cálculos no me fallan, en 6 ocasiones he votado a candidaturas ilegalizadas quedando el voto anulado, en 5 ocasiones a Herri Batasuna y Euskal Herritarrok respectivamente, en dos ocasiones a Bildu y EH Bildu respectivamente y en una a II-SP, ANV, EHAK y Amaiur. A lo que habría que unir dos abstenciones activas. En total 14 papeletas de partidos diferentes. Cualquiera que no conozca un poco el contexto vasco pensaría que he tirado los dados antes de votar.

Sin embargo, no los he tirado. Al PP o al PSOE no les votaría ni aunque con ello salvara mi vida y al PNV ni aunque viviera en una isla desierta con batzoki. A la izquierda española tampoco me lo planteo porque entre otras cosas, casualidades de la vida que no soy español, y tampoco parece que tengan muy claro si son de izquierdas o derechas o todo lo contrario.

¿Que a dónde quiero llegar con esto?. Pues no estoy muy seguro pero me encantaría escribir un post lleno de emoción explicando las razones por las que el día 24 voy a depositar la papeleta de EH Bildu en las urnas de una democracia que sigue siendo más falsa que un euro de cartón. Pero el caso es que esa emoción no me sale por ninguna parte.

EH Bildu en los ayuntamientos o diputación que ha gestionado ha realizado una labor a años luz de la mierda a la que estamos acostumbrados donde no lo está. Pero eso no es suficiente. No es suficiente una transparente y buena gestión de lo que hay. Eso no es lo que esperábamos. Siempre hemos trabajado y luchado por una alternativa, por cambiarlo todo y no por embellecer y hacer mejor lo que ya estaba. Se puede alegar que las cosas de palacio van despacio pero el problema quizás sea que la dirección emprendida no sea la adecuada y no cuestión de velocidades. Si hacemos un análisis global a nivel institucional los cambios producidos son menores de los cambios que en la lucha ha habido y no ha salido rentable. Mientras que no haya una recuperación de la rebeldía institucional, un reforzamiento del poder popular y un cuestionamiento de las propias instituciones en las que se participa pareciera como si se fuera agotando la contestación social, como si fuera desapareciendo el conflicto político pese a no haber desaparecido y en general una pérdida de fuerza y fuelle mientras se abre paso el desencanto o la desidia.

Cierto es que en los últimos meses ha habido una mejora de discurso, una recuperación del mensaje social que pareciera que a nivel institucional estaba casi desaparecido estando esto en oposición a la importancia que este tiene en lo cotidiano de la base social del soberanismo de izquierda, y cierto es también que se están haciendo muchos esfuerzos loables en muchos pueblos de Euskal Herria. Pero luego nos encontramos que por arriba se mete al PNV a calzador en un seguidismo que ya no tiene gracia, hipotecando las potencialidades posibles y bien grandes que tiene el pueblo trabajador vasco. Mientras al menos en Nafarroa Garaia se ha creado cierta confrontación política, la dependencia hacia el PNV nos ahoga las posibilidades de quebrar una hegemonía que va en contra de los intereses nacionales y sociales de la clase trabajadora en la Euskal Herria occidental.

En líneas generales se puede decir que existe un caos tremendo entre estrategia y táctica, lo cual puede ser , está siendo ya, de consecuencias negativas para el proceso de liberación nacional y social. Con lo cual se hace necesario en primer lugar una regeneración de estrategia y regeneración de la izquierda abertzale y también abrir y descongestionar EH Bildu. Recreando una verdadera unidad popular, recuperando perspectiva estratégica y estrategia revolucionaria con nuevas estructuras para tal cometido y lanzándonos sin ningún temor a la creación de un poder popular vasco, de un impulso del movimiento popular como eje central de cambio y abandonar el institucionalismo autocentrado y absorbente que no tiene mucho mayor destino y recorrido que la asimilación.

Puede que haya gente que piense que la mejor forma de dar un toque de atención ante esta situación en Euskal Herria sea absteniéndose este domingo. Y es respetable. Pero eso sería precisamente ahondar en la estrategia institucionalista ya que sigue poniendo en el centro del debate el propio institucionalismo y las carencias o no de éste. Un debate importante pero no fundamental. Lo fundamental en este caso y dadas las condiciones actuales es que se exprese en toda su extensión que existe un sector social abertzale y de izquierda grande y extenso, semilla del cambio real que no del cambio de gestores. Y en ese camino es necesario que los gestores de la derecha y el españolismo se vayan a casa. El voto a EH Bildu sigue teniendo un mayor significado para los poderes enemigos y la reacción, por encima de los posibles mensajes que puedan querer dirigirse a otros actores. El mejor toque de atención vendrá de la mano de fortalecer el movimiento popular, hacer ver que hemos sido y seremos mucho más que unas elecciones tras otras. Un pueblo en movimiento, una clase trabajadora en acción y contestataria. Y esa batalla no se dilucida en las urnas sino en las calles.

Y así como lo veo, os lo he contado. Di que también me gustará votar a las listas de mi pueblo a un compa que se ha pasado bastantes años en los agujeros del estado y en Tafalla salió Lucio, y siempre vale más un anarquista que un malabarista del voto.

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