Con el PNV, Bizkaia sin estrategias de desarrollo y empleo


Niko Moreno
EH Bildu Bizkaia

«Es como si estuvieran instalados en una terraza esperando a que escampe. ¿Cuántas veces nos han anunciado que en breve plazo las cosas mejorarán?»
 
15/06/2014
 
El pasado 7 de junio EH Bildu de Bizkaia organizó bajo el titulo “Desarrollo Local y Em- pleo” una jornada de trabajo abierta a militantes y a agentes sociales, sindicales y económicos del territorio. El objetivo era doble: por un lado, hacer un análisis crítico de las políticas llamadas de «reindustrialización» y «empleo» ampliamente publicitadas por Gobierno Vasco y Diputación Foral de Bizkaia. Y por otro, compartir con ánimo propositivo una reflexión acerca de las bases necesarias para implementar políticas de desarrollo con un objetivo estratégico, dotándole de un carácter menos cuantitativo y acentuando su perfil más cualitativo, complejo y multidimensional.

Y hacemos esto porque, mientras un PNV nervioso, que no acierta con la tecla para salir de la crisis –entre otras cosas porque no se trata de una tecla única– se dedica ya a presentar a sus alcaldables y las maravillosas soluciones que nos traerán dentro de un año, la preocupación de EH Bildu es, no solo salir de la crisis, sino cómo hacerlo de manera que las causas que inciden en la misma desaparezcan o, cuando menos, se minimicen.

El análisis crítico deja algunas conclusiones demoledoras. El denominado “Plan de Reindustrialización” que –este sí– al menos dispone de objetivos estratégicos, adolece de falta liderazgo y visión de largo alcance, deja de lado la posibilidad de exprimir al máximo las posibilidades de financiación y carece de una estrategia sólida en lo que a energía, innovación y coordinación de Pymes se refiere. No han podido, o peor, no han querido asentarlo sobre una verdadera participación amplia y plural, lo que provoca que el diagnóstico que este plan recoge de la situación esté barnizado por esa visión jeltzale que una y otra vez nos anuncia la próxima salida de la crisis.

Lo de los denominados planes de empleo es aún peor. Sin ninguna visión estratégica y con objetivos meramente cuantitativos, son una especie de ramillete de medidas destinadas a fomentar contrataciones –no a generar verdaderamente empleo– y de cara a estas no se prioriza su calidad, sino que se tiene más en cuenta el interés de las entidades financieras que las dificultades por las que pasan las personas. Son un paquete de medidas que, en muchos casos, pueden acentuar la precariedad, no tienen en cuenta la igualdad de oportunidades y dejan toda la iniciativa al sector privado. Esos planes olvidan por completo la generación de empleo en el sector público, lo que nos lleva a afirmar que el horizonte de recortes en prestaciones y servicios se da por definitivamente establecido en la visión que el PNV tiene del futuro.

Además, en el caso de la Diputación de Bizkaia, lo de la falta de participación es aún más sangrante, aunque bien pensado, ¿qué podemos esperar de un diputado de Promoción Económica al que una gran parte de las personas responsables de las agencias de desarrollo local de Bizkaia ni siquiera conocen? Sin embargo, para las presentaciones de sus planes ante la prensa Imanol Pradales tiene a bien invitar a alcaldes y alcaldesas, y así, después de hacerse la foto, todo vuelve a la normalidad.

¿Por qué sucede todo esto? Digámoslo claramente. Porque el PNV no tiene una estrategia de desarrollo definida. Se limita a implementar medidas, a inyectar dinero público en determinados programas y a esperar a que los mercados externos tiren de nuestra economía en clave de exportación, lo cual favorece a grandes empresas en las que las relaciones laborales tienen otra dimensión. En este sentido, no es casual la coincidencia entre Ana Oregi y Confebask a la hora de pedir a las empresas que se unan para ser «más competitivas».

Es como si estuvieran instalados en una terraza esperando a que escampe. ¿Cuántas veces nos han anunciado que en breve plazo las cosas mejorarán? Mientras tanto, Bizkaia continúa perdiendo capacidad, empleo y riqueza industrial, permanece estancada en un nivel tecnológico medio-bajo y sigue viendo cómo sale mucho más capital del que entra.

Lo recogió perfectamente Iñaki Saratxaga en su intervención ante la ponencia de autogobierno, debemos basarnos en nuestras potencialidades y no en comparaciones. Lo cierto es que el modelo PNV está moribundo. Solo funciona cuando hay dinero a espuertas y controlan el reparto.
Esa es la razón de nuestro ejercicio. Lo que EH Bildu está compartiendo con el espectro socioeconómico de Bizkaia es, ante todo, humildad, participación, estrategia compartida, confianza, contraste, interacción, colaboración... gobernanza, en definitiva. Gobernanza a partir de una realidad de comarcas que van desangrándose en esta crisis, con una administración local que está a pie de calle y que sabe perfectamente qué es lo que está pasando en la economía real, y agentes que están luchando por sobrevivir en el mismo ring y a quienes las reglas de juego y las medidas neoliberales están enfrentando cada vez más.

El desarrollo, si queremos que sea estable y generalizado, precisa de otro modo de actuación, de otra estrategia. No centrarse únicamente en el progreso económico, sino también en la economía social y en el progreso humano y ecológico, en base a la cooperación entre personas, administraciones, agentes económicos y laborales. Existe en Bizkaia toda una red de agencias de desarrollo que no está convenientemente estructurada, existe personal técnicamente formado a quien no se le proporcionan herramientas adecuadas, disponemos de un enorme potencial que hay que convertir en dinámico y hay decenas de agentes que tienen que desempeñar un papel necesario en nuestra articulación. La diversidad en nuestro territorio es precisamente una garantía para sus capacidades. Por eso precisamos de un liderazgo fuerte, decidido y con visión a largo plazo, algo que está ya en marcha en Gipuzkoa. El problema es que en Bizkaia, el PNV, preso de sus urgencias electorales, pretende ejercer ese liderazgo en solitario y acaba por asfixiar todo aquello que no controla.

Comentarios