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De Amorebieta a Gernika echando humo

El próximo día 13 se cumplen 125 años de la apertura de la línea ferroviaria entre ambos municipios


Iñigo Alberdi - Jueves, 8 de Agosto de 2013 

Vista de un tren del ferrocarril de Amorebieta a Gernika a su paso por el viaducto de Oka
Vista de un tren del ferrocarril de Amorebieta a Gernika a su paso por el viaducto de Oka (Euskotren)
Gernika
En su época fue como inaugurar una gran autopista. Una conexión que acercaba la villa foral a Bilbao y su modernidad a través del ferrocarril. Un tren tirado por máquinas a vapor que echaban negro humo y habían supuesto la construcción de increíbles túneles y puentes. El próximo martes se cumplirán 125 años de la inauguración del tren que une Amorebieta con Gernika, y que, años después, fue prolongado primero a Arrieta y más tarde hasta Bermeo.
Todo surgió a finales de un siglo XIX de prosperidad económica y con grandes emprendedores. El éxito financiero del primer ferrocarril de vía estrecha en Bizkaia, entre Bilbao y Durango en 1882, promovió nuevos proyectos en vía métrica, con el propósito de comunicar las principales poblaciones y comarcas con la capital vizcaina. Los primeros estudios para unir Gernika con Amorebieta y después Bilbao se remontan a marzo de 1882 y tres años después se obtenía la concesión para "la construcción, sin subvención directa del Estado, de un ferrocarril económico que partiendo en Amorebieta termine en Gernika-Lumo".
El capital social inicial fue de 1.250.000 pesetas, repartido en 2.500 acciones que compraron prebostes como el Marqués de Urquijo, el Conde de Montefuerte, Pedro de Gandarias, Luis de Zubiría o Ramón Bergé. Constituida la empresa explotadora, se emprendieron los trabajos de construcción de la nueva vía, dirigidos por el reputado ingeniero Pablo de Alzola, una labor que se acometió con rapidez y el 23 de julio de 1888 pudo ya circular el primer tren de pruebas. Pocas semanas más tarde, el 13 de agosto, se inauguraba, con la solemnidad acostumbrada, el nuevo ferrocarril que ahora gestiona en herencia Euskotren, la compañía dependiente del Departamento de Medio Ambiente y Acción Territorial del Gobierno vasco. El éxito de la conexión animó a sus promotores a ampliar el trazado hacia Bermeo y el 15 de marzo de 1893 llegaban los primeros trenes a la estación de Pedernales (hoy, Busturia-Itxasbegi). Sin embargo, la prolongación hasta Bermeo fue muy difícil. Abruptos acantilados al borde del mar, estrechos pasos y poco terreno hicieron imposible su construcción. Mientras tanto, se estableció un modesto tranvía, impulsado mediante mulas, el entonces denominado motor de sangre, que prestó servicio en este trayecto hasta el año 1918.

Construido por presos Mientras tanto,se iba acometiendo un tortuoso itinerario que fue construido por diversas empresas, entre las que destaca la de Banús Hermanos S. A., compañía que mantenía estrechas relaciones con el régimen franquista hasta el punto de poner este a su disposición un destacamento penitenciario establecido al efecto en el paraje de Barna (Bermeo), lo que les permitió disponer de la mano de obra barata que proporcionaban los presos, comunes y políticos, que ahí cumplían condena.

Prueba de la dificultad de la construcción del trazado es que hasta el 16 de agosto de 1955 no se inauguró el tramo final desde Sukarrieta hasta Bermeo. Aunque el primer viaje fue protagonizado por un convoy compuesto por varios vagones y una locomotora diésel suministrada por la firma francesa Alsthom, durante unos años más se mantuvo la tracción vapor en la línea. A lo largo de los años sesenta, las locomotoras de vapor fueron progresivamente reemplazadas por locomotoras y automotores diésel y, en 1973, se electrificó el servicio, lo que, a la larga, garantizó su supervivencia. Desde su transferencia, en 1979, al Gobierno vasco, la línea ha sido sometida a un continuo proceso de modernización y mejora de la mano de las sociedades públicas Euskotren y ETS.
Y para los que quieran observar la historia en persona pueden acudir al Museo del Ferrocarril de Azpeitia donde se expone la locomotora de vapor Zugastieta que inauguró la línea de Gernika hace siglo y cuarto, una Creusot que atendió el servicio hasta la electrificación y una primera máquina diésel Alsthom.

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