Presos políticos.- Desde mi baserri
Ahora resulta que los
presos políticos no son presos políticos, según el Parlamento Vasco.
Son presos comunes a los que se aplica una legislación especial con
endurecimiento de penas y la imposibilidad de aplicarles ventajas
penitenciarias. Sólo si se arrepienten de su militancia en ETA es
posible aplicarles el derecho común. Esto, en verdad, no hay quien lo
entienda.
Es muy probable que los jeltzales estén un poco hartos de los palos en las ruedas que pone la izquierda abertzale cuyo punto álgido tuvo lugar el día anterior en los sucesos de Ondarroa. PNV y Bildu, o viceversa, han truncado todas las esperanzas depositadas en ellos después de que entre las dos fuerzas sumaran mayoría absoluta en el legislativo. Una unidad de acción, aunque sea en unos puntos básicos, es imposible. Al menos de momento.
Mucho más coherentes y espabilados son los partidos españolistas. Juntos han conseguido que no se pueda llamar presos políticos a los presos políticos y al alimón, la legislatura pasada consiguieron poner al frente del gobierno a un español. Y ello a pesar de que PP y PSE son radicalmente distintos. ¿O no?
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