El futuro pasa por rehabilitar
Se acabó la producción masiva de pisos
La crisis ha supuesto un punto de inflexión para el sector de la 
construcción. Cuando pase la tormenta y el crédito circule de nuevo, las
 cosas no volverán a ser como antes. “Es imposible que se recupere ese 
volumen de actividad”, corrobora Juan José López del Corral, director 
del Clúster de la Construcción de Euskadi.
Entonces ¿qué futuro espera a las empresas? “Rehabilitar”, responde 
rápidamente. Antes de la recesión, el 80% del negocio de las firmas 
relacionadas con el ladrillo era la edificación y el resto, la 
rehabilitación. "Eso se va dar la vuelta", vaticina. "Las promociones de
 pisos serán más pequeñas. Se acabó la producción masiva", advierte.
Pese a los numerosos cierres por la crisis, las empresas directamente
 relacionadas con la construcción en Euskadi siguen siendo unas 30.000, 
el sector más numeroso tras los servicios. “Lo básico ya está hecho: los
 hospitales, las carreteras, los aeropuertos, las viviendas… Siguen 
haciendo falta casas, pero a escala mucho más reducida. La 
rehabilitación irá cobrando cada vez más protagonismo”, sostiene el 
director del Clúster.
En el punto de mira de los profesionales del sector estarán los 
barrios más degradados, construidos de forma precipitada y sin el rigor 
suficiente, atendiendo únicamente a la fuerte demanda de hogares por 
parte de miles de trabajadores en la época de máximo apogeo industrial. 
“Muchos de esos inmuebles no tienen ni ascensor”, apunta como idea López
 del Corral.
Del millón de viviendas que hay en Euskadi, 750.000 se construyeron 
antes de 1979, cuando la normativa española no exigía ningún tipo de 
aislamiento. Un altísimo porcentaje del parque edificado, por tanto, no 
cuenta con ese primer acondicionamiento clave para el ahorro energético y
 el cuidado del Medio Ambiente. Un edificio aislado ofrece un ahorro del
 50% respecto a otro que no lo está.
El elevado coste —unos pocos miles de euros, dependiendo del 
inmueble— sigue siendo el gran caballo de batalla para que las personas 
se animen a realizar la reforma del aislamiento. López del Corral es 
partidario de buscar financiación institucional. “Se trata de mejorar 
las infraestructuras que ya existen. Ese es el futuro”, recalca.
Mientras llegan las soluciones, muchas empresas vascas tratan de 
buscarse la vida en el extranjero. El porcentaje de explotación fuera de
 las fronteras de la comunidad ha pasado los últimos años del 2% al 10%.
 “La gente se está moviendo a lo bestia. Eligen lugares que están como 
estábamos nosotros hace 20 años. Van donde haya oportunidades”, subraya 
López del Corral.
Ingenierías vascas están facturando un tercio de lo que facturaban 
hace cinco años. “Los trabajadores se bajan los sueldos para evitar 
despidos y siguen adelante como pueden. Resisten. El sector está 
sufriendo mucho”, insiste el experto.
Aunque las cifras oficiales arrojan una caída del empleo en el 
ladrillo del 25% desde 2008, López del Corral está convencido de que los
 afectados son “bastantes más”. “Estamos hablando de un sector que está 
muy atomizado. El 80% de las empresas son de menos de tres trabajadores,
 con muchos autónomos”, precisa antes de recordar “las barbaridades” que
 se han hecho en algunas partes de España. “Lo último que he visto en 
Murcia es que por comprar una casa te regalaban otra. No saben qué hacer
 con tanto piso”, cuenta.
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