DOCUMENTO 8570/10

DOCUMENTO 8570/10

Estupendo. ¿Ustedes creían que España no había hecho nada relevante durante la presidencia de la UE? Pues están en un error. Con nocturnidad y alevosía, el 26 de abril, y presidida por el ‘bonachón’ ministro Moratinos –las apariencias engañan-, la Comisión Europea –ese Órgano que nadie vota, pero que manda mucho- aprobó un documento que acaba con nuestra libertad de opinión. Bueno, no de todos. Pueden seguir opinando tonterías varias siempre que no sean radicales. Ya saben: cosas insulsas que no pongan en cuestión al sistema.

Gracias a la ONG statewatch.org, nos hemos enterado de la existencia de un documento, el 8570/10, que da vía libre para que se pueda vigilar –o sea, espiar- a cualquier ciudadano o ciudadana de la UE que pueda ser sospechoso de radicalización, no que sea terrorista, que eso ya está legislado, sino a todo aquel que tenga puntos de vista radicales, como ‘nacionalistas’ o ‘antiglobalización’. A las feministas no nos incluye, pues ya hemos sido domesticadas por el ‘igualitarismo’ burocrático, ese de las subvenciones para atender a maltratadas, discapacitadas, prostituidas, analfabetas y otras pobres mujeres desgraciadas que nos han adjudicado.

Este documento ya tiene un precedente en el 7984/10, también bajo la presidencia española, que fue clasificado de confidencial. ¿No se le cae la cara de vergüenza a López Garrido, que estaba allí?

El primero de los mencionados legisla que se investigue “el grado de compromiso ideológico o político” del sospechoso, e incluso si su situación económica es de “desempleo, deterioro, pérdida de una beca o de ayuda financiera” (A perro viejo, todo se le vuelven pulgas). Iba a decir que no se asusten, pero sí: asústense. Por ejemplo, hay que recabar información sobre “los sentimientos de la persona en relación con su nueva identidad colectiva y los miembros del grupo”, o bien, “¿Ha hecho la persona comentarios sobre asuntos, principalmente de naturaleza política, usando argumentos basados en mensajes radicales?” ¿No son radicales estos documentos?

Sin embargo, no se acusa de radicalismo que el Kremlin amplíe los poderes de los servicios secretos rusos, que se nos presente aquí como si tal cosa el presidente genocida de Ruanda, Paul Kagame, y que Moratinos le de una cena en el Ritz de Madrid o que el Supremo actúe contra el Ayuntamiento de Ferrol por apoyar al juez Garzón. No, eso son cosas de hermanitas de la caridad, sin embargo este artículo puede ser considerado como sospechosísimo de radicalismo. Terminaré mal, lo veo venir.

¿A quién votamos? Porque los partidos populares y los socialdemócratas se apresuraron a firmar los documentos. ¿A IU? ¿Con Llamazares defenestrado y con un PC troglodita llevando la batuta? La ‘burbuja política’ tendrá que reventar por algún lado.
 

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