JUGOS FAMILIARES


JUGOS FAMILIARES
Juan Antonio Garmendia Elósegui
En corrección de pruebas estas páginas, se ha producido el solemne acto de ingreso en la Real Academia Española de D. Julio Caro Baroja. En homenaje a tan reciente e importante hecho, nos parece oportuno dar acceso a las líneas que siguen con esta "entradilla ", cuyo texto completo corresponde al bellísimo artículo "Baraja de frac", que, con motivo del ingreso de D. Pío en la Real Academia Española, publicó Rafael Sánche; Mazas -al que vamos a mencionar a menudo en las páginas siguientes- en "Ahora" de Madrid, el 21 de mano de 1935.
Por el nexo entrañable que ambos acontecimientos, separados por algo más de cincuenta años, tienen para tío y sobrino, así como por su similitud evocadora, creemos interesante transcribir el citado texto de 1935, recordando ahora con emoción la entrada de Julio Caro Baroja en el salón de la Academia, rebosante de' mayores, maduros y jóvenes, muchos jóvenes. Que fue también así:
ce ••• Se le veía entrar entonces en la escena entre burlón y tímido, pero con una familiar alegría que en la Academia le faltaba, a pesar de la ovación caliente, firme, inacabable, acogida por él con una distinción perfecta, rara cada vez más, en los espectáculos de cultura. Era un instante en que, sobre los peligros de vulgaridad y apoteosis que la ovación levantaba hasta él, Baroja alcanzaba en la ironía, en la ternura, en el gentil esfuerzo de la sonrisa, en la transparente sencillez, su punto de suprema elegancia ... "
"Los Baraja (Memorias familiares)", de D. Julio Caro Baraja, es una obra impresionante por muchos motivos. Uno no se cansa de leerla y de releerla y de intentar sacarle todo el jugo -literario, documental, histórico, ambiental, científico, estético, cultural- que tiene. Es uno de los mejores regalos que dentro de su impresionante producción cultural ha podido dejarnos nuestro entrañable amigo y admirado maestro Caro Baroja.
Pero aquí vamos a hablar de otros Jugos. Y perdón por el fácil juego de palabras. De los Jugos parientes de D. Miguel de Unamuno y Jugo, cuya figura tan en primer plano está con motivo de las conmemoraciones del 50 aniversario de su muerte.
y acordándonos del profundo sentido familiar y de sus mayores que tiene Julio Caro Baraja, que compartimos y del que es una muestra insuperable sus "Baraja ", traemos aquí a colación una galería de personajes bilbaínos y fami­lias vizcaínas, emparentadas con D. Miguel, que pueden tener algún interés.

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En general, no aportamos nada de particular ni nuevo. Alguna cosilla que otra, si es caso. Se trata, en definitiva, de una especie de recopilación de noticias y cosas que ya fueron tratadas, como se verá, por los importantes autores y sus documentados textos que a lo largo de las páginas que siguen se citan. A todos ellos hemos de agradecer cuanto en su día estudiaron y escribieron.
Lo malo de este trabaj o nuestro es que está hecho demasiado aprisa, luchando contra el tiempo y las obligaciones apremiantes de cada día. Sin sosiego para poder trazar el marco y el ambiente de la época, sobre la que tanto se podría decir.
Hay algunas cosas en estas familias de Chirapozu, Orbegozo y Mazas que ahora vamos a ver, que algo nos recuerdan a los Baraja. Pero seguro que no hemos sido capaces de plasmar en el texto lo que en nuestra mente y espíritu detectamos o sentimos.
Por otra parte, algo se dice también aquí del momento industrial, econó­mico y técnico en la industrialización del XIX; tema que tanto interesa a Caro Baroja, cuya conferencia, "Historia de la técnica y la modernización del País Vasco": celebrada este año en San Sebastián, recordamos con viva memoria.
Por todo ello, y porque tampoco está mal que en Donostia se escriba también de las cosas entrañables del viejo y querido Bocho, vayamos con lo nuestro. A partir, pues, de los troncos Chirapozu-Jugo y Orbegozo-Jugo, muy cercanos a D. Miguel de Unamuno, nos iremos por las ramas (esperemos que no demasiado) de otros personajes más o menos cercanos a D. Miguel.
DOLORES CHlRAPOZU JUGO, hija de Manuel Santos de Chirapozu y Valentina de Jugo (tía de D. Miguel), pertenecía a una interesante familia vizcaína, fundadora de la famosa Fábrica de Loza de San Mamés de Busturia. Centro que "fue seguramente -tanto por la naturaleza de sus instalaciones como por la calidad de sus productos- el más importante de cuantos antes de promediar el siglo XIX han existido en el ámbito territorial adscrito a las Provincias Vascongadas", al decir de Leandro Silván en el documentadísimo estudio que, sobre los Chirapozu y su fábrica, publicó en su maguífico libro "Cerámica del País Vasco" (l).
(1) Editado en 1982 por la CAP de Guipúzcoa, vivimos muy de cerca el curso de la investigación de nuestro querido y admirado amigo, el profesor Silván. Los datos, publicados a partir de los expedientes y archivos del palacio Chirapozu, de Busturia, provienen en gran parte de la información directa de su último propietario, el ilustre pintor José M." Ucelay y Uriarte Isasi Chirapozu.
Del mismo Silván, "Una cerámica poco conocida. Las lozas finas de San Mamés de Busturia", en la revista "Cerámica y Vidrio", de la Sociedad del mismo nombre, vol. 18, núm. 1.

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Prescindiendo de otros antecedentes cronológicos más remotos, hay que situar la constitución de la sociedad anónima que explotó esta factoría en 1845. Entre los accionistas, y además de los Chirapozu citados, están los Orbegozo, figurando como gerentes Ambrosio y Gabriel de Orbegozo, familia muy ligada por razones de sangre, negocios y vínculos a las de Chirapozu, Jugo y Mazas, y como primer director el citado Manuel Santos de Chirapozu.
Para nuestro trabajo tiene particular interés la figura de Dolores Chirapo­zu Jugo, ya que, a través de su sobrina y ahijada, Concepción Uriarte Chirapo­zu, llega su palacio de Busturia al hijo de esta última, el afamado pintor José M," Ucelay.
Kosme M." de Barañano, en su excelente libro sobre este personaje (2), aporta una documentación genealógica, documental y artística prácticamente exhaustiva acerca de Ucelay y de su casa-palacio, "Chirapozu", en Busturia. No hace mucho tiempo tuvimos ocasión de visitarla junto al querido amigo José M." Arriola Arana.
Al decir de Barañano, y tras la constitución de la fábrica de San Mamés de Busturia, "la casa solar de Chirapozu se convierte con esta fundación en un núcleo compacto de tres familias y en el centro de dirección de esta artesanía de gran calidad conocida por la cerámica de Busturia. Una casa habitada por gente ilustrada educada en el espíritu de los caballeritos de Azcoitia, desde el primer momento. Hemos visto ya que Josef de Apraiz pertenecía a la Real Sociedad (3) y que Bulucua (4) había estudiado en el centro de Oñate". Recuerda el biógrafo de Ucelay a Julio Caro Baraja cuando éste dice que se trataba de "una clase social que no era parecida a la aristocracia castellana y andaluza poseedora de grandes estados, ni a la de los hidalgos pobres, ni era estrictamente burguesa, sino que se le podía comparar a la que en Inglaterra llamaron the gentry ".
"El hecho concreto -continúa Barañano-- es que esta gente está en contacto con las nuevas ideas europeas, en especial con las ideas enciclopedis­tas francesas hasta el extremo de encontrarse en un secreter de Chirapozu papel para escribir con el membrete de 'Liberté, Fratemité, Egalité', cuartillas que utilizará nuestro pintor para realizar algunos dibujos". Volveremos sobre ello al tratar de los Orbegozo bilbaínos, enciclopedistas y liberales destacados.
(2) Caja de Ahorros Vizcaina, 1981.
(3) Alcalde de San Luis de Potosi en 1770, socio de Manuel de Chirapozu en México, de donde regresaron a España en 1789 "sumamente enriquecidos".
(4) Recuerda Barañanano que Juan E. Delmas en su "Guía histórico-descriptiva del viajero en el Señorío de Vizcaya". en 1864, habla de "muchos enfermos que desde los puntos más lejanos de la Peninsula acuden a usar de la medicina conocida por el nombre de Le Roy, con la que su cirujano titular, don Gaspar de Bulucua, fallecido hace pocos años, hizo durante su larga carrera curaciones asombrosas". Tatarabuelo de Ucelay, fue afamado médico con su carrera cursada en la Francia enciclopedista.

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El padre del pintor, José Clemente, ingeniero de caminos, Jefe de Obras Públicas de Vizcaya y Guipúzcoa, Inspector General de Obras Públicas en el Consejo de Obras Públicas de Madrid y, con la II República, siendo Ministro Indalecio Prieto, Presidente de su Consejo, fue autor de importantes obras: faro de Machichaco, anteproyecto del puerto de Bermeo, ferrocarril de Amo­rebieta a Pedernales, terminación del funicular a Archanda, etc. Dice el biógrafo del pintor que de su padre heredó "una gran capacidad de trabajo y ensimismamiento en la tarea a realizar".
No vamos a extendemos más en la figura de Ucelay, aunque sobre su personalidad, su obra y su época podría escribirse un inagotable capítulo. Nos remitimos al importantísimo estudio del citado Kosme M." Barañano. Sí recordaremos que Ucelay realizó la sobrecubierta y mapas del libro "El País Vasco", de Baroja, por encargo del propio D. Pío (edición de 1953), la magnífi­ca obra del entrañable escritor donostiarra.
"Se puede decir -escribe Barañano-- que Baraja y Ucelay son los prime­ros que empiezan a hablar de nuevo de las siete provincias vascas, tras la guerra civil y en pleno franquismo. Realiza así Ucelay unos mapas totalmente originales y enciclopédicos. Alava, Guipúzcoa, Vizcaya, Navarra y el País Vasco- Francés o Iparralde aparecen en el lápiz del artista mezclados sus caminos y carreteras con sus escudos y tradiciones, su etuografía con su historia, en un difícil equilibrio formal y erndito. Una vez más el trabajo de Ucelay se presenta como una enciclopedia cultural. Asimismo, realiza la portada con un paisaje imaginario compuesto de zonas reales, en cuyo centro ofician tres personas: Pío Baraja posando, su sobrino Julio Caro observando y el pintor en su trabajo".
En un bello artículo, "Los palacios de Euskalherria ", aparecido hace ya algún tiempo en "El Diario Vasco" de Donostia, su autor, Enrique Ybarra, relacionaba las casas de "Chirapozu" y de "Itzea" en este sugerente párrafo:
" ... Si la casa de Chirapozu tiene resonancias de las guerras carlistas y del proceso de industrialización bilbaíno, otras como la de los Baraja, en Vera de Bidasoa, extraen su razón de ser en el arte y la cultura, al menos en los tiempos más recientes. Probablemente sea "Itzea" una de las casas vascas de mayor personalidad en cuanto a su ambiente familiar se refiere. El libro "Los Baraja" de Julio Caro es una de las contribuciones más interesantes a la sociología de la vida privada -y cultural- del País Vasco. Es a veces difícil vivir en estas mansiones-museo aunque el habitante encuentre en ellas "zonas de tregua", salas intermedias, donde no gravita tanto el peso de los antepasa­dos. Solamente personalidades como la de Julio Caro o José Mari Ucelay son capaces de crear su propio entorno, de romper con el embrnjo del pasado ... "
A pesar de su ideología (José M." Ucelay colaboró intensamente durante la guerra civil con el nacionalismo vasco, siendo director de Bellas Artes, Archivos y Bibliotecas del Gobierno de Euzkadi y Comisario del Pabellón de

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Euzkadi en París, 1937, entre otras varias decisivas actividades) (5), tuvo gran amistad con su contrapariente RAFAEL SANCREZ MAZAS, ministro en los primeros gobiernos de Franco: ambos vivieron en el mismo portal de la calle Henao de Bilbao. Sánchez Mazas era también, por línea materna, sobrino de Dolores de Chirapozu, en cuyo palacio de Busturia sitúa gran parte de la acción de sus preciosos libros "Pequeñas Memorias de Tarín de Tellaeche" (Biblioteca de los Amigos del País, 1915) y "La vida nueva de Pedrito de Andía ", que ha visto ya varias ediciones y que, incluso, fue llevado (sin éxito) al cine hace unos veinticinco años. Algunas escenas fueron filmadas, nos lo decía nuestro querido amigo Iguacio de Urquijo, en su grandiosa finca de Munibe.
Dolores Chirapozu, prima camal de Unamuno, casó con Gabriel Lámba­rri, personaje al que cita varias veces Juan Carlos de Cortázar como destacado cantante en las veladas musicales bilbaínas de mediados de siglo (6). No nos extenderemos sobre su personalidad, anotando sólo que fue uno de los accionistas fundadores del Banco de Bilbao.
El palacio de Chirapozu, que fue residencia del matrimonio Lámbarri­Chirapozu, conservándose fotografías de ambos en dicha casa en el siglo pasado, aparece catalogado y fotografiado en la pág. 44 del libro "La actuali­dad de la casa blasonada en el País Vasco. Merindades de Uribe y Busturia" (Bilbao, 1981), de 1. M. Echegaray.
MATILDE DE ORBEGOZO y JUGO, también prima hermana de Una­muna, fue en el siglo XIX la poetisa bilbaína más célebre que se correspondió con la Avellaneda, con Alarcón y con Trneba (Fernando de la Quadra Salce­do) y la más inspirada poetisa del romanticismo bilbaíno (Manuel Basas). A ella dedicó Juan Carlos de la Plaza y Zumelzu su "Memoria en relación con el Programa de Lengua y Literatura Españolas en la Universidad de Salamanca ", siendo alumno de dicha asiguatura en la Universidad de Deusto el curso 1911-1912.
Antonio de Trneba le ofreció unos versos en su poema "El Pasajero" (7).
El hecho lo describe así el alumno de Deusto al comienzo de su trabajo:
"Me había propuesto hablar de Antón el de los Cantares, y de su casita blanca, medio oculta entre el ramaje, a orillas del Manzanares. Y no sólo me lo había propuesto. Atento al programa de la asignatura, que prefiere trabajos relacionados con escritores locales, había dado principio a mi tarea, porque tratándose de un poeta local ¿qué bilbaíno no se fija desde luego en Trneba?
(5) Barañano, ob. cit., pág. 64.
(6) "Bilbao a mediados del siglo XIX según un epistolario de la época" (Imprenta de la Biblioteca de Amigos del Pais. Bilbao, 1920), págs. 29, 162, 215, 216 Y 247. También, en la "Apología de la historia civil de Bilbao" y en "Calles de Bilbao ".
La semblanza de J. C. Cortázar la escribió José de Orueta para la RIEV. (7) En "El Libro de los Cantares" (Madrid, 1875), pág. 365.

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En él me fijé yo, y ojeando para mi trabajo los Cantares de Antón, di con el titulado "El Pasajero ", cuya primera estrofa es como sigue:
Matilde, aquel desterrado
a quien un día enviaste
tu bendición generosa
desde tus nobles hogares, pasó por tu puerta un día, pero no entró a saludarte; porque desde esa montaña que ves a Occidente alzarse, le gritaban: "[Desterrado, no te pares, no te pares,
que hace veinte años te esperan en el hogar de tus padres!"
Llevan casi todos los cantares una nota explicativa, y en el de "El Pasajero" dice Trueba que lo escribió en Bilbao, en octubre de 1859: "( ... ) Yo había oído hablar mucho de doña Matilde Orbegozo de Mazas --continúa nuestro alumno-- porque su familia tiene relaciones de antigua amistad con la mía; pero sin saber que hubiese sido poeta tan inspirado como Trueba nos lo hace ver en la nota copiada, cuya lectura encendió en mí el deseo de aprovechar la ocasión que la suerte me deparaba ( ... )".
Registra y transcribe Juan Carlos de la Plaza en su estudio literario un total de 30 poemas de nuestra poetisa dedicados a distintos hechos locales y a diferentes personaj es de la sociedad bilbaína del siglo pasado y a sus propios familiares. Destaca el autor, entre otros varios, la "Improvisación al tener la houra de conocer a la Excma. Sra. D." Gertrudis G. de Avellaneda" en Arechavaleta, en 1858, así como sus composiciones "A la sublime artista Adelaida Ristori" y "A la distinguida artista Sofía Demontelío en la Opera María de Rohan".
Sabemos que una extraordinaria bondad, dulzura y humildad caracteriza­ron la personalidad de Matilde de Orbegozo. Y una profunda religiosidad, como puede verse en estos versos "A Nuestra Señora de los Dolores":
Porque he sido pecador / no me niegues tu favor / ampárame, Madre mía / pues Jesús en su agonía / me hizo el hijo de tu amor.
y pues hijo tuyo soy / aunque no lo he parecido /
¡Oh, Madre mía!, desde hoy / te prometo que a ser voy / a tu amor reconocido.
Yo hice mayor tu quebranto / cuanto a mi Dios ofendí /
pero ¡ay! me acojo a tu manto / que el perdón que anhelo tanto / podré alcanzarlo de ti.

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y si con nuevos dolores / herí tu afligido pecho
¡Oh, Madre!, por mí no llores / que vengo en llanto deshecho a detestar mis errores.
Estos versos, escritos en 1871, estnvieron durante muchos años colocados a ambos lados del Cristo de la Capilla del Comulgatorio en la iglesia de San Nicolás del Arenal de Bilbao. Cree Manuel Basas que se colocarían allí después de 1881, fecha en que reanudó sus cultos dicho templo, tras estar destinado durante la guerra carlista a cuartel de artillería (1873-1876), y ser restaurada la iglesia después de la contienda civil. En artículo aparecido este mismo año de 1986, bajo el título "Bilbao hace un siglo. Los versos de Matilde de Orbegozo al Cristo de San Nicolás ", en "El Correo Español-El Pueblo Vasco ", abogaba su autor, Manuel Basas, para que los poemas fuesen colocados en el lugar que ocupaban antes de las dramáticas inundaciones de agosto de 1983. Así se lo comentaba, no hace mucho, en conversación en Bilbao, a nuestro querido amigo Juan Garmendia Larrañaga.
Matilde de Orbegozo nació en Bilbao en 1837, siendo bautizada en la mencionada parroquia de San Nicolás, cercana a la calle Estnfa, n." 14, en la que vivía su familia, como veremos luego. Fueron sus padres Gabriel M." de Orbegozo y Zubiría (8), corredor de cambios, y Josefa Paula de Jugo y Maruri, hermana de la madre de D. Miguel de Unamuno. Casó con Diego de Mazas, familia de la que hablaremos luego. Murió en su preciosa casa de campo "Peñota", entre Santnrce y Portugalete, sobre las rocas de aquella desapareci­da playa, en 1891; casa que dejó inmortalizada Losada en un delicioso cuadro, como lo hiciera también con "La Casa de Mazas" -donde viviera nuestra poetisa con su esposo e hijos-, en la entonces calle de la Estación o de Navarra, frente a la Sociedad Bilbaína. Añejas fotografías y grabados del siglo pasado dejan constancia de estos -como tantos otros- edificios señoriales ya desaparecidos.
En Bilbao, en Larraskitu, el maguífico complejo "Centro P. de Preescolar y EGB San Adrián", inaugurado el 30 de setiembre de 1969 por el entonces Ministro de Educación y Ciencia, Sr. Vi llar Palasí, lleva el nombre de "Colegio Nacional Poetisa Matilde de Orbegozo".
Su nombre, junto al de su hijo, Diego Mazas, aparece en el nomenclátor de "Personajes famosos. Escritores" de la "Miscelánea histórica bilbaína ", de Manuel Basas (9).
En esta familia Orbegozo hubo miembros destacados y, por no remontar­nos a épocas más atrás, nos referiremos a algunos de ellos en el siglo pasado.
(8) Se produce aquí un entronque con la famílía Zubíría, de destacada actuacíón en el Bílbao del XIX, por ser Gabriel M." de Orbe gozo prímo hermano de Cosme de Zubíría, fundador de "Ybarra Hermanos y Cía" (1854), precedente de "Altos Hornos y Fábrícas de Híerro y Acero de Bílbao".
(9) En edícíón de "El Cofre del Bílbaíno" (Bílbao, 1971), pág. 97.

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En la "Causa de Vizcaynía, Hidalguía, Nobleza y pureza de sangre", que certifica en 1774 el Cronista y Rey de Armas de S.M., Juan Félix de Rújula, a favor de Juan, Juan Bautista, Gabriel y Pedro Ventura de Orbegozo y Lequeri­ca, naturales de la anteiglesia de Gámiz y vecinos de la Villa de Bilbao, y que tenemos a la vista, observamos que proceden de la casa de Orbegozo en Azpeitia, población de Urrestilla, remontándose su origen a 1383, reinado de Alfonso XI. N o entraremos en otros interesantes pormenores de este expe­diente por no hacer ahora al caso (10).
Saltando, pues, al siglo XIX, como decíamos, nos encontramos con algu­nos Orbegozo bilbaínos de los que diremos dos palabras.
Vemos a AMBROSIO, GABRIEL M.a y MANUELA DE ORBEGOZO, como propietarios de la casa de campo llamada "La Punta", cercana al "Desierto", finca que, en virtud de escritura pública de 27 de enero de 1855 ante el escribano de Bilbao Valentín de Uribarri, fue adquirida por Juan M." de Ybarra y Gutiérrez de Caviedes a nuestros Orbegozo y que, como consta en la escritura de 22 de setiembre de 1876 ante el notario de Bilbao, Serapio de Urquijo, la compró para cederla a la Sociedad que había de constituirse para la explotación de la fábrica "Ntra. Sra. del Carmen", de Baracaldo, conocida luego como Altos Hornos. En terrenos contiguos a esta casa de campo de Orbegozo, rodeada de espaciosos jardines, se instaló dicha fábrica y aún se conoce parte del terreno de "Altos Hornos de Vizcaya" -se escribe así en el Libro del Cincuentenario de dicha Sociedad, 1902-1952- como "El Jardín" (11).
Recuerda dicho Libro cómo "era aquel lugar conocido con el nombre de 'El Desierto', porque en aquel paraje jurisdiccional del Concejo de Sestao, ribera arriba, donde hubo antiguamente un puntal y desembarcadero del Galindo, próximo a un islote llamado San Nicolás de Ugarte, destinado a cargadero de venas de Somorrostro, había fundado la provincia carmelitana de San Joaquín de Navarra, un convento de Carmelitas Descalzos, que, según las constituciones de la Orden, debe existir en cada provincia destinado al recogi­miento y soledad, donde se guarda absoluto silencio, y acondicionado para que los religiosos puedan vivir vida de ermitaños. 'El Desierto' se fundó por R.P. de Felipe V, otorgada el 20 de abril de 1719 ... ". Aquí estuvo recluido una temporada Félix M." de Samaniego, quien había sufrido alguna persecución del Santo Oficio. Unos descriptivos versos del ilustre fabulista narran aquellos lugares como parajes bellísimos, de hermosa y silenciosa naturaleza. [Aún faltaban años para que surgieran los "Verdes" y sus preocupaciones ecologistas ... !
A AMBROSIO DE ORBEGOZO, antes citado, le vemos (guerra carlista) formando parte del nuevo Ayuntamiento que se constituyó en 30 de diciem-
(10) Por lo que respecta al apellido mGO, Garcia Carraffa señala que esta familia vizcaina residia en Bilbao ya a principios del XVI. Datos sobre su escudo, en el "Diccionario" de Jaime de Querexeta (Bilbao, 1980), III, pág. 204.
(11) "Altos Hornos de Vizcaya" (Bilbao, 1952). Libro de su Cincuentenario, págs. 40-44.

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bre de 1835, como segundo alcalde, siendo el primero Juan Alvarez y Mendi­zábal y el tercero Eustaquio de Allende-Salazar y Mazarredo (12). Y en 1836 formando parte de la oficialidad de la Guardia Nacional de Bilbao, tras la reorganización de este cuerpo en la Villa como consecuencia del R.D. de febrero de 1836 (13). Años más tarde, 1858, fue primer director del Banco de Bilbao recién constituido, a quien seguiría, también como gerente, Manuel de Barandica (14), familia emparentada posteriormente con los Mazas-Orbegozo.
GABRIEL M." DE ORBEGOZO fue, también durante la guerra carlista, capitán de la 5.a Compañía de Nacionales. Del comandante de la Villa, Antonio de Arana, refiriéndose al cañoneo de los carlistas contra el convento de San Agustín, es este relato (15): "La Milicia Nacional en este día, que fue de los más terribles de todo este tercer sitio, y sólo comparable con el del segundo asalto de Mallona, se distinguió como en aquél muy particularmente; así es que el Comandante General, por la gran confianza que le inspiraba y visto el horroroso cuadro que presentaba la débil barricada, en cuyo recinto estrecho dominado por los fuegos del enemigo caían víctimas sin cuento, mandó al capitán de la 5.a Compañía de Nacionales, D. Gabriel M." de Orbegozo, marcharse a apoderarse del convento. Este bizarro capitán salió al frente de su compañía y en unión de la de granaderos del Provincial de Trujillo fue dueño en el momento de la puerta, claustros y de cuanto un puñado de valientes podía ocupar..."
Ambrosio y Gabriel de Orbegozo fueron, en el período 1830-1868, "cón­sules propietarios" del Tribunal de Comercio de Bilbao.
Hermano de la poetisa fue RAMIRO DE ORBEGOZO y JUGO, a quien vemos formando parte de la Comisión Permanente de la Junta Superior de Armamento y Defensa de Bilbao, que estaba integrada por Ramón de Salazar y Mazarredo, como presidente; Luciano Urizar y Ramiro de Orbegozo como representantes, respectivamente, de la Diputación y Ayuntamiento; y Adolfo de Aguirre, Vicente de Uhagón (familia que emparentaría posteriormente con la de Mazas-Orbegozo), Eustaquio Allende-Salazar y Cosme Echevarrieta,
(12) "Historia de la Noble Villa de Bilbao" (reedic. Bilbao, 1971), de T. Guiard, IV (1800-1836), pág. 601.
(13) Guiard, ob. cit., pág. 605.
(14) "Banco de Bilbao. Septuagésimo quinto aniversario de su fundación, 1857-1932" (Bilbao, 1932), págs. 67 y 87, Y "Un siglo en la vida del Banco de Bilbao. Primer Centenario (1857-1957)" (Bilbao, 1957), pág. 488. También le mencionan F. Garcia de Cortázar y M. Montero en su "Diccionario de Historia del País Vasco", 1, pág. 118, al hablar de la fundación del Banco de Bilbao: " ... se celebraba el 3 de junio de 1857 la primera Junta General de Accionistas, eligiéndose en ella la primera Junta de Gobierno del nuevo banco. Su composición manifiesta a las claras la raigambre bilbaina de la entidad. Son los Epalza, Aguirre, Zabalburu, Orbegozo, Ybarra, Uhagón, Ingunza, Arellano, Violette, Urigüen, Mendiguren, Escuza ... , que debian su desenvoltura econó­mica a su intervención en el gran comercio bilbaino del siglo XVIII y primera mitad del XIX ... "
(15) Guiard, ob. cit., págs. 664 y ss.

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vocales. Levantado el cerco de Bilbao y cesadas las circunstancias que motiva­ron su creación, se disolvió el 11 de mayo de 1874 (16). La Comisión Permanente "representó el papel de un organismo de defensa al que se dirigieron los distintos sectores militares y civiles bilbaínos para coordinar los medios de resistencia ( ... ); en suma, de toda una gama de actividades diversas destinadas a conseguir la mejora de las condiciones en que se desarrollaba la vida en Bilbao en los meses que precedieron a su liberalización" (17). Ramiro de Orbegozo formó parte, pues, del Ayuntamiento que, constituido el 3 de enero de 1874 y presidido por Felipe de Uhagón (18), estaría al frente de la gestión municipal de Bilbao durante los meses del Sitio (19).
Ocupó este cargo a los 30 años y, como comenta el profesor Manuel Basas en su "Economía y Sociedad Bilbaínas en torno al Sitio de 1874", nada arredró a estos hombres para salir airosos de la dura prueba del asedio carlista, destacando "el alto espíritu cívico de que dieron muestra al aceptar tan dificil misión".
Recuerda también Basas cómo Mario Adán de Y arza y Ramiro de Orbe­gozo fueron los dos comisionados del Ayuntamiento de Bilbao a Madrid quienes, tras los quebrantos sufridos en la Villa por la guerra carlista y el Sitio, gestionaron activamente allí, y con éxito (a partir de junio de 1874), la consecución del arbitrio o recargo sobre la exportación del mineral que saliera del puerto de Bilbao. Así como también estos otros epígrafes que enumera el Sr. Basas Fernández: Conversión de Títulos de la Deuda, Expedición de Lámi­nas de la Deuda, Créditos sobre la Prebostad, Valores en Caja de Depósitos, Suministros de la guerra de 1833 a 1836, Deuda de Honor y Terreno del convento de San Agustín.
Fue también Ramiro de Orbegozo vocal de la primera junta directiva de la Cámara de Comercio de Bilbao (que sería, asimismo, la primera de las fundadas en España), constituida el 28 de mayo de 1886 (20). Bajo la presiden­cia de Pedro T. de Errazquin, eran compañeros suyos en aquella primera corporación Braulio de Urigüen, Federico de Echevarría, Juan Bta. Longa, Toribio de Ugalde, Luis de Zubiría, Fernando Alonso, Juan T. Ugarte, José
(16) "El Sitio de Bilbao en 1874. Estudio del comportamiento social de una ciudad en guerra", de M." Estíbaliz Ruiz de Azua (Bilbao, 1976).
(17) Ob. cit., pág. 104.
(18) Sobre la importancia de la familia Uhagón en el Bilbao del XIX, propietarios de la finca Estraunza, desaparecida, en la Gran Vía de Bilbao, merecería escribirse largas páginas. Un libro poco conocido da noticia exhaustiva de todas sus ramas: "Memorial genealógico de la Casa de Uhagon" (Madrid, 1949) de Valeriano de Uhagón y Casanueva. Que, por cierto, está dedicado por su primo el autor "A Su Alteza Real la Serenísima Señora Duquesa v. de Montpensier, como a la más egregia y significada persona de nuestra noble y católica familia ... ".
(19) "El Sitio de Bilbao ... ", págs. 103 y 264. Asimismo, "1874: Diarios del Sitio de Bilbao", de F. Remando, M. de Cortázar, M. Echevarría y A. Brea (Bilbao, 1966), págs. 137 y 385.
(20) "Cuna de Mercaderes" (Bilbao, 1961). Texto de Manuel Llano Gorostiza, pág. 76.
También, en "Bilboko Gintza eta Itsasketa-Etxea Merkataritza" (Bilbao, 1982), pág. 154.

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Yhon, Fernando Carranza, Manuel Mac-Mahón, Juan Bta. Astigarraga, José A. Rochelt, Pedro Gandarias, Enrique Greaves, Vicente de Amézaga, José Power, Dionisia Madariaga, José Luis Costa y Ramón Coste. Fue también Ramiro de Orbegozo secretario de la Comisión de Legislación, Enseñanza y Asuntos Generales --que presidía Ramón de la Sota- de esta primera Cámara de Comercio.
Es grato recordar aquí, siquiera de pasada, cómo en ese mismo año de 1886, hace exactamente un siglo, el abuelo de Julio Caro Baroja, Serafín Baraja, fue nombrado ingeniero jefe de Minas de Vizcaya. "Cosa que le agradó, porque le permitió reunirse con sus amigos de San Sebastián", escribi­ría después en "Juventud", de sus "Memorias", su hij o Pío Baroja. Quien, por cierto, de este Bilbao brnmoso y fabril, escribiría en 1918: "Bilbao es un pueblo que cada vez se va haciendo más denso e interesante. La ría es una de las cosas más sugestivas de España. Yana creo que haya en la península nada que dé una impresión de fuerza de trabaj o y de energía como esos catorce o quince kilómetros de vía fluvial".
Pero volvamos a nuestros personajes. A Ramiro de Orbegozo, corredor marítimo, le vemos viviendo entonces en la casa familiar de la casa n." 14 de la calle Estufa, junto a su hermano Teodomiro de Orbegozo y Jugo, y Cecilia y Luis de Orbegozo y Lequerica; perteneciendo los cuatro al famoso Batallón Auxiliar o de la Milicia Nacional durante el bombardeo y Sitio (según el padrón vecinal de 1871). En el capítulo "La Guerra. Emigración y bombardeo", de sus preciosas "Memorias de un bilbaíno, 1870 a 1900", recuerda su autor, José de Orneta, que "en la casa de la calle de la Estufa, en que yo vivía, y en el piso de enfrente, vivían Ramiro y Teodomiro Orbegozo, y en los pisos de abajo, mi tío Juan José Araquistain, don Salustiano Zubiría, don Ricardo Rochelt, los Bergareche, don Osear Palme y los San Pelayo".
Su condición de liberal, y de liberal muy destacado, no impedía a Ramiro de Orbegozo ser un fervoroso católico. Así, en un curioso libro, "Crónica de la Peregrinación Vascongada a Tierra Santa, Egipto y Roma en 1902": le vemos formando grnpo (el 7.°) junto a D. Julio de Urquijo y D." Vicenta de Olazábal de Urquijo (de "San Juan Luz-Francia", como reza la lista) (21).
A él ("A mi tío Ramiro") dedicó su sobrino-nieto, Rafael Sánchez Mazas, la edición de su "Tarín de Tellaeche". El, junto a otros varios familiares, son los personajes que dan vida a los protagonistas de los exquitos relatos de infancia de Sánchez Mazas.
(21) Escrito "por Dos Peregrinos". Imp. y Ene. La Editorial Vizcaína, Gran Vía, 26, y Ledesma, 15 (Bilbao, 1903), pág. 411. En Tierra Santa, iglesia de Nazareth, existe (o existió) una gran verja fabricada por Santa Ana de Bolueta -firndición de la que hablaremos luego-, regalada por Antonio Elósegui, de Tolosa, pariente de Ramiro de Orbegozo, con motivo del viaje que aquél hizo a los Santos Lugares en 1892. Sin duda que Orbegozo pudo verla.

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Vemos, pues, a esta familia con una cierta intervención en los asuntos de la Villa en aquel período. Se refiere a ello el "Epílogo" ("La expansión bilbaína") del magnífico libro "Un siglo en la vida del Banco de Bilbao" (en el que, por cierto, colaboró nuestro homenajeado Caro Baroja con su precioso estudio "La tradición técnica del pueblo vasco "), cuando dice: "Casi los mis­mos apellidos que intervinieron en las actividades mercantiles de Bilbao apare­cen también en las Corporaciones públicas, y así vemos cómo en el período de la guerra civil son desiguados para regir el municipio bilbaíno los señores de Zabálburu, Uhagón, Victoria de Lecea, Orbegozo, Aguirre, Jane, Arana, y otra vez Epalza ( ... )".
Hermana de Ramiro fue ROSARIO DE ORBE GOZO y JUGO, personaje del que su sobrino-nieto Sánchez Mazas dice lo siguiente:
"Mi tía Rosario Orbegozo cumpliría ahora ciento seis años. Era una niña cuando esta Sociedad (22) se fundó. Vivía en la calle de la Estufa, frente a las acacias, y había empezado a ir al colegio de doña Josefa de Santillana, donde el año 48 había aprendido a bordar en seda de color de marfil maravillosos pájaros de Indias, papagayos y colibrí es, entre tulipanes granate y gencianas azules.
Como a mí ella, a ella la habían tenido en la rodilla en su infancia gentes de setenta y un años, que habían nacido, por lo tanto, en 1769, que tenían veinte años ya el año de la toma de la Bastilla ( ... ). Ella luego se hizo carlista y estuvo en la corte de Don Carlos, pero se crió entre afrancesados y liberales de su casa, que leían a D' Alambert, trataban con Godoy y hasta iban a la Asamblea de los Cien Notables de Bayona ( ... )".
Esta peripecia la describe magistralmente el autor en la re-creación de sus personajes familiares en su "La vida nueva de Pedrito de Andia".
Retrocediendo en el tiempo (comienzos del XIX), anotamos a otro miem­bro de esta familia, GABRIEL AGUSTIN DE ORBEGOZO, formando parte del Ayuntamiento bilbaíno. Nos lo cita Guiard (23) cuando dice: "Constituían el concejo de la Villa, este año de 1804, don Enrique Alejo Goosens, don Joaquín de Uría y la Quintana y don Manuel Victoria de Lecea, alcaldes por su orden; don Manuel Mariano de Elorriaga, don Manuel de Matute, don Antonio Díez y Eguía, don Gabriel Agustín de Orbegozo, don Nicolás M." de Gendica y don Juan de Meñaca Batiz, regidores del Banco de San Pedro; don Modesto de Meceta, don José M." de Murga, don José Javier de Gortázar, el marqués de Vargas, don José de Basarrate y don Florentino de Sarachaga, regidores; del bando de San Pablo don Diego de Mac Mahón y don Domingo de Zubiría, síndicos; y don Antonio de Achútegui, secretario".
(22) Se refiere a la Bilbaína en su "Vaga memoria de cien años". Conferencia pronunciada por el autor en dicha Sociedad el 14 de octubre de 1939 y reeditada en Bilbao en 1973.
(23) Guiard, ob. cit., IV (1800-1836), pág. 28.

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Siguiendo en este período, a caballo entre el XVIII y XIX, tenemos que citar al personaje de esta familia tal vez más interesante, GABRIEL BENITO DE ORBEGOZO. Dejemos su vigorosa descripción a su tataranieto, el ya varias veces citado Sánchez Mazas, quien, en el capítulo "Los Caballeritos y los Amigos del País ", de su "Apología de la Historia Civil de Bilbao ", escribe:
"En el testamento del bilbaíno don Gabriel Benito de Orbe­gozo, fundador y constructor del Hospital Civil, se ve que aquel señor tenía dos ediciones completas de los veintidós ricos volú­menes de la Enciclopedia; una en su casa de Bilbao y otra en su quinta de Baracaldo, donde luego precisamente se fundaron los Altos Hornos. Sin embargo, era un hombre profundamente reli­gioso y devoto católico, que capitulaba todos los días el rosario familiar, que regalaba a los frailes de San Francisco dibujos de altares hechos por su mano, y que impuso a su familia una moral rigurosa, sin lugar a frivolidades, ni aun honestas. Algunos le llamaban el "Santo Negro", porque él, por una parte, era hombre de santa vida y mucha caridad, pero, por otra, andaba aparentemente metido hasta los ojos en la "negrura" de la moda liberal e ilustrada, o casi caldera de Pedro Botero de la época, que, entre los timoratos o "rancios", hizo llamar a los espíritus dados a la moderuidad, "negros", aunque fuesen creyentes y practicantes católicos.
Con la invasión francesa vino otro asedio para Bilbao, el de la prepotencia extranjera, opresora del territorio patrio, y, en primer lugar, del solar vascongado y de la villa. No por devoción afrancesada y servil, sino por defender las libertades de Villa y Señorío -unidos en la tribulación- aceptó don Gabriel Benito de Orbegozo figurar entre los Cien Notables de Bayona, como demuestran claramente sus cartas publicadas en parte por Teófi­lo Guiard (24). Había negociado también en Madrid, y con éxito, contra el proyecto de Zamácola" (25).
Guiard le cita efectivamente, en diversas ocasiones: como comisionado del Ayuntamiento en el conflicto de la Zamacolada; convocada la asamblea de Bayona ... "el Consulado de Bilbao diputó a D. Gabriel Benito de Orbegozo"; en 1823, "quedaron designadas para autoridades de la Villa las personas más calificadas en afecto al régimen constitucional, nombrados alcaldes, primero y segundo, don Tomás de Gana y don Gabriel Benito de Orbegozo"; en 1833
(24) La carta que Orbegozo dirige a la Villa de Bilbao desde Bayona (27 de junio de 1808), sobre el nombramiento como Ministro Secretario de Estado de Mariano Luis de Urquijo por parte del rey José Napoleón, está publicada por Labayru, "Historia General del Señorío de Bizcaya", vol. VII de la edición de C. González Echegaray en "La Gran Enciclopedia Vasca", pág. 129.
(25) En la ob. cit., "Un siglo en la vida del Banco de Bilbao", asi como en la "Apología de Bilbao ".

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figura en el grupo de "personas de opinión liberal" y de "caballeros auxiliares del Ayuntamiento" ... No vamos a entrar aquí, porque no es nuestro objeto, en el contexto histórico-local de estas situaciones. Nos remitimos a las descripcio­nes y relatos de T. Guiard (26).
En un bellísimo facsímil publicado en la soberbia publicación "100 años de la Junta del Puerto de Bilbao", encabezado por la leyenda "Señores del Gobierno de este Ilustre Consulado, y Casa de Contratación de esta N. Villa de Bilbao, para este año de 1819", figura nuestro personaje en condición de Consiliario del Consulado junto al marqués de Bargas, Cirilo Pérez de Nenín, Francisco de Goiri y Gana, José Julián de Trotiaga, Eladio de Villabaso, José María de Jada, Dionisia de Aguirre y U garte y Manuel de Endemaño.
Como arquitecto del Hospital Civil de Achuri, su cita aparece en diversos lugares y publicaciones. Digamos que el 12 de octubre de 1818, colocándose su primera piedra, se reconstruyó este gran edificio según dirección y planos de Gabriel Benito de Orbegozo, miembro de la Junta de Caridad del Hospital, la cual recabó la aportación de donativos del pueblo bilbaíno para tal fin. Este Hospital, con su fachada neoclásica, tímpano y columnas dóricas, se mantuvo en dicho edificio hasta 1908, en que fue trasladado al de Basurto, obra del arquitecto Enrique de Epalza. Según Alberto Diéguez (t'Panorámicas y remem­branzas de Bilbao", en "El Cofre del Bilbaíno") se trata de "uno de los edificios que siguen siendo más notables de Bilbao, por su suntuosidad en la construcción, todo él de piedra de sillería" (27). Fue también Museo de Bellas Artes y Escuela de Artes y Oficios.
En los "Extractos de las Juntas Generales celebradas por la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País": nuestro hombre aparece varias veces citado con diversos premios en las clases de Arquitectura (años 1785, 86, 87, 88, 89, 90 Y 91) (edición de la Caja de Ahorros Municipal de San Sebastián, facsímil y conmemorativa del bicentenario del Conde de Peñaflorida, 1985).
Gabriel Benito de Orbegozo formó parte de la comisión de seis expertos, desiguada por el Consulado de Bilbao, para estudiar el nuevo Código de
(26) Guiard, ob. cit., IV (1800-1836), págs. 46, 56, 77, 352, 481. En el V, pág. lOO, menciona la "mucha intervención" de nuestro personaje en la Junta de Bayona.
En "Historia de Euskal Herria" (San Sebastián, 1980), III, pág. 97, se recuerdan los nombres de los representantes vascos en las deliberaciones de Bayona: Miguel de Escudero y Luis de Gainza, por Navarra; Juan José de Gandiola, por Vizcaya; José M." de Lardizábal, por Guipúzcoa; el marqués de Montehermoso, por Alava; Gabriel Benito de Orbegozo, diputado por el Consulado de Bilbao; Francisco Antonio de Echagüe, por el de San Sebastián y Joaquin Javier de Uriz, Prior de Roncesvalles. "Vascos fueron, también ---continúa el texto--, aunque no representantes de sus estamentos, el Presidente, Miguel José de Azanza, y su Secretario General, Mariano Luis de Urquijo, máximos representantes, a partir de ahora, junto con otro vasco, Mazarredo, de la burguesia moderada que pactó con Napoleón, constituyendo ese cuerpo social que se llamó a partir de entonces «los afrancesados»".
(27) Referencias, también, entre otras, en "Bilbao. Vizcaya ", de la Cámara Oficial de Comer­cio, Industria y Navegación.

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Comercio. Así lo recuerda la espléndida publicación conmemorativa del cente­nario (1886-1986) de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao, recientemente aparecida.
A mediados de siglo pasado, 1860, esta familia emparenta con otro intere­sante grupo familiar en el Bilbao del XIX, y, como los Orbegozo, de hondo talante liberal, los Mazas, a través del matrimonio de la poetisa Matilde de Orbegozo con Diego de Mazas y Torre. De sus hijos Joaquín y Diego ("dos figuras en las letras locales y aun nacionales" a juicio de Manuel Basas, en su minucioso estudio "Los Mazas y Bilbao ') nos ocuparemos luego, dejando ahora cita de las hijas de dicho matrimonio: María, casada con Antonio Elósegui Ansola, de Tolosa; Matilde, con Pedro C. de Uhagón; y Rosario, con Sánchez Ocaño -de la familia del famoso Dr. García Camisón, médico de cámara de Alfonso XII, destacada familia de Extremadura-, madre de Rafael Sánchez Mazas, la cual, y a través de las cartas que de ella se conservan, "dio muestras también de una gran soltura en el manejo de la pluma", según el aludido Sr. Basas en el trabajo citado (28).
Demos algunos datos de esta familia, a la que se refería Manuel Llano Gorostiza en reciente artículo (t'Pedro de Mazas ", escrito en "La Gaceta del Norte ", 17 de junio de 1985). Comenzaba su reportaje Llano Gorostiza así:
"No sé por qué dentro de las gentes pertenecientes al brillante "clan" de los Mazas, con bastantes ramificaciones familiares en la historia empresarial y aun en la literatura vizcaína, hemos escogido a Pedro de Mazas, pasando por alto a su padre, Joaquín de Mazas, hidalgo montañés que en 1817 prueba nobleza y limpieza de sangre en el Ayuntamiento bilbaíno para disfrutar, a los diez años, los mismos derechos que los vizcaínos originarios, conforme especi­ficaba el Fuero en sus Leyes XIII y XIV del Título I".
Nos dan pie, pues, estas líneas del ilustre escritor encartado para arrancar con el origen de esta familia en el Bilbao de comienzos del siglo XIX.
JOAQUIN DE MAZAS, efectivamente, obtenido su reconocimiento de vecino tanto por el Señorío como por la Villa de Bilbao, tras exhibir ante las autoridades su ejecutoria de nobleza (Real Provisión de Hidalguía de 22 de enero de 1784 en la Real Chancillería de Valladolid) aparece ya en 1820 formando parte del primer Ayuntamiento constitucional (Trienio Liberal de
(28) En "Apología de Bilbao", de Rafael Sánchez Mazas, "Semblanzas del apologista" (Bil­bao, 1969), pág. 122.
Javier de Ybarra, en su artículo "Rosario Mazas y Orbegozo. Rafael Sánchez Mazas" ("El Correo Español-El Pueblo Vasco", 13 de enero de 1965) se refiere a tales cartas, "escritas con tal fluidez y perfección que dicen de la vena literaria de todos los suyos, desde su madre, la poetisa doña Matilde de Orbegozo, hasta su nieto, Sánchez Ferlosio ... ". También puede verse Javier de Ybarra, "Política nacional en Vizcaya (De la Restauración a la República)". Prólogo de Rafael Sánchez Mazas, Instituto de Estudios Políticos (Madrid, 1947). A Rosario de Mazas la califica de "inteligente y culta señora" Juan Ignacio Luca de Tena en la "Semblanza" que, con motivo de la muerte de su hijo Rafael Sánchez Mazas, de la Real Academia Española, le dedicó en esta Docta Casa en 1966.

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1820-1823), que fue presidido por los alcaldes Gregario de Lezama-Leguizamón y José M." de Jusué y Salazar. Recuerda Manuel Basas --que tan a fondo y con tanto interés ha estudiado a esta familia, incluida su recientísima edición crítica de "Paz en la guerra ", de Unamuno--, que compañeros regidores de Mazas fueron entonces Pedro Novia de Salcedo, Lope de Mazarredo, Antonio Adán de Yarza y Mariano de Eguía, entre otros (29).
En 1821 nuestro personaje forma parte de la columna del coronel Joaquín de Pablo (quien ese año pasó a encargarse del mando militar de Bilbao), que tuvo una actuación destacada en los conflictos bélicos de aquella hora en la Villa (30).
En el interesante análisis que del liberalismo vasco hacen F. García de Cortázar y M. Montero en su "Diccionario de Historia del País Vasco ", recuer­dan que "liberales eran los componentes de la Diputación y del Ayuntamiento de Bilbao en 1835 los que pidieron ayuda a Francia pocos días antes de que fuera liberada la villa del asedio carlista: los Uhagón, Murga, Arana, Gaminde, Epalza, Victoria de Lecea ( ... ). Comerciantes, liberales y anticarlistas fueron asimismo los creadores de la primera empresa siderúrgica de Vizcaya, la Santa Ana de Bolueta: los Epalza, Arellano, Mazas, Olábarri, Ogara, Lequerica ... "
Llegamos así a la decisiva intervención de Joaquín de Mazas en la fundación de la primera sociedad anónima en el País Vasco, paso importantísi­mo en la siderurgia vizcaína, con la creación en 1841, junto a Romualdo de Arellano, de Santa Ana de Bolueta, fábrica que por primera vez emprende la fabricación del hierro metálico con el sistema de horno alto al carbón vegetal: en definitiva, los primeros altos hornos de carbón vegetal de Vizcaya.
Es ésta una sociedad constantemente citada en cuantos libros y análisis tratan de la economía vasca, la técnica del hierro, la siderurgia vizcaína y aquella industrialización: desde los estudios de Julio Caro Baraja a los divulga­dores reportajes periodísticos, su referencia es obligada y permanente (31).
(29) "Los Mazas y Bilbao", pág. 115.
(30) Guiard, ob. cit., IV (1800-1836), págs. 279 y 299.
(31) No vamos a dar aqui una bibliografia completa sobre ello porque, entre otras cosas, la abundancia de citas es agobiante y supera los modestos limites de este pequeño trabajo. Vamos a citar sólo los titulo s que tenemos más a mano, algunos de ellos ya mencionados, con referencias exclusivas a Santa Ana de Bolueta:
- "Bilbao. Vizcaya". Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao. Textos de Manuel Basas (Bilbao, 1976), pág. 111.
- "Pequeña historia de un desarrollo singular", de Isidoro Delclaux Aróstegui. Ediciones INDUBAN (Bilbao, 1975), págs. 72 a 75.
- "Altos Hornos de Vizcaya. Libro del Cincuentenario" (1902-1952). Textos de José Luis de Goyoaga (Bilbao, 1952), págs. 26 y 37.
-"Un siglo en la vida del Banco de Bilbao. Primer centenario (1857-1957)". Textos de varios autores (Bilbao, 1957), págs. 14, 156 a 158, 410.
- "Cuna de Mercaderes. Apuntes para una historia de la Feria de Muestras a través de los setenta y cinco años de actividades de la Cámara Oficial de Comercio, Industria y Navegación de

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Por esto, y dado lo conocido del asunto, no insistiremos en ello. Recorde­mos sólo, siguiendo la publicación que con motivo de su centenario (1841-1951) editó esta Sociedad, que por gestión de Joaquín de Mazas -su primer presi­dente, de la que fue también director, llegando a denominarse la empresa en 1880 "Mazas y Compañía. Socios de Bolueta- y de Romualdo de Arellano fueron comprados al conde de Santa Coloma los terrenos para establecer en ellos la nueva fábrica". Procedían estas fincas del mayorazgo fundado en 1469 por Tristán de Leguizamón y su mujer María Gómez de Zurbarán, sus ascendientes, y se hallaban integradas por una casa llamada el Palacio, de otra casa llamada del Horno, de dos molinos en estado de rendir trabajo y de otro destrnido, de las paredes de los edificios que fueron ermita, ferrería-martinete y carbonera, destrnidos durante la primera guerra civil, aún reciente en aquel tiempo, y de todos los pertenecidos, presas y cauces correspondientes a las citadas constrncciones. La totalidad de la hacienda descrita, que representaba una superficie aproximada de unas 20 hectáreas, importó, en junio, la cantidad de 300.000 reales vellón".
Ilustraciones y grabados de mediados de siglo dan cuenta gráfica de esa situación a través de bellas -a pesar del duro ambiente industrial que descri­ben- estampas románticas de época.
Una de ellas, ya referida a las realizaciones industriales de Bolueta, la que representa el viejo puente levadizo del Arenal, con sus cuatro templetes, donde se cobraba peaje, junto a la desaparecida e histórica Casa de Mazas, llamada también por ello Casa del Pasaje (del Bilbao antiguo al "moderno" del Ensanche), primera casa en Abando que levantó Joaquín de Mazas hacia 1859 y en la que vivió con su familia.
Tenemos, pues, a Joaquín de Mazas desarrollando una actividad económi­ca y empresarial muy dinámica. Seguramente sus negocios y proyectos le
Bilbao" (1886-1961). Texto de Manuel Llano Gorostiza (Bilbao, 1961), págs. 22, 26, 28, 37, 42, 62, 89. Se recuerdan aqui las primeras Exposiciones en que participó Santa Ana de Bolueta: Medalla de Plata (Bayona, 1864), Medalla de Plata (Paris, 1867) y Exposición Universal (Paris, 1878), Exposición Provincial (Bilbao, 1882), Medalla de Oro (Exposición Universal, Barcelona, 1887).
- "Diccionario de Historia del País Vasco", de Fernando Garcia de Cortázar y Manuel Montero (San Sebastián, 1983), págs. 194 (I), 46, 68, 318 (H). Se indica cómo esta empresa fue dotada de técnicas europeas, importando máquinas y trayendo técnicos franceses de Toulouse (Saint Supery y Delclaux).
-"Economía y Sociedad Bilbaínas en torno al Sitio de 1874", de Manuel Basas Fernández (Junta de Cultura de Vizcaya. Bilbao, 1978), págs. 53, 156, 158, 324, 332 (ocupación de Sta. Ana de Bolueta por los carlistas, convirtiéndola en industria de guerra para la fabricación de armamento y munición).
-"Panorámicas y remembranzas", de Alberto Diéguez. Colee. "El Cofre del Bilbaino" (Bilbao, 1973), págs. 61 y 111.
- "Economistas Vascongados y artículos varios sobre problemas destacados de la economía vizcaína", por Fernando de la Quadra Salcedo, marqués de los Castillejos, en el capitulo "Diego Mazas y Orbegozo ", pág. 72.
- "Historia de Euskal Herria ", de varios autores (San Sebastián, 1980), IV, págs. 133-13.5.

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alejaron de la política y de su militancia liberal progresista o constitucional iniciales. Así, le vemos en 1856 aportando 100.000 reales vellón a la suscrip­ción del primitivo capital del Banco de Bilbao (que fue de ocho millones) (32), entre otras actuaciones que llevó a cabo.
Su casa de Abando, a la que antes nos hemos referido, fue todo un símbolo en el Bilbao del último tercio del XIX. Manuel Basas le dedicó documentados y sentidos artículos hace ya varios años (33) con motivo de su demolición. Aparte de las preciosas páginas que escribió sobre ella en su libro "Miscelánea Histórica Bilbaína", "testigo con sus 80 ventanas y balcones, como tantos otros ojos, de ese traspaso del Bilbao clásico, del Bilbao tradicio­nal de allende el puente isabelino, contemplado con los ojos-ventanas del muelle de Ripa, sobre la ría, al Bilbao moderno, finisecular y novo secular ( ... ). Ha visto crecer todo alrededor y ella, esta gloriosa anciana, se ha quedado pequeñita y arrngada hasta que le ha llegado su momento final". Quedó dispuesta para su demolición en 1969.
En su "Guía histórico-descriptiva del viajero en el Señorío de Vizcaya en 1864": Juan E. Delmas la recuerda cuando menciona a las casas de campo y edificios levantados entonces en Abando, "figurando en primera línea las de los señores Zabálburn, Allende-Salazar, Mazas, Echevarría- Villabaso, Ortiz de las Rivas, Zumelzu, Aurrecoechea, Bergé, Uhagón, Aguirre, Urigüen, Arana, Novia de Salcedo, Gorocica y otras muchas que sería largo de enumerar". Y en las "Memorias de un Bilbaino" Orneta nos dirá que "Albia estaba en nuestro ánimo entonces más lejos que Begoña" y "pasar el puente", aun sólo hasta la casa de Mazas, era una expedición al extrarradio".
Antiguas fotografias y grabados -reproducidos en varias de las publicacio­nes que venimos citando a 10 largo de estas páginas- nos muestran el edificio. Pero tal vez la fotografía más interesante es aquella en que aparece teniendo, en primer plano, el Muelle de Arriaga con un grnpo de Auxiliares de la Milicia Urbana, en el Sitio carlista de 1874. Así se muestra en el deslumbrante material gráfico del libro "Biografla de Arana-Goiri tar Sabin e Historia Gráfica del Nacionalismo", de Ceferino de J emein, patrocinada por Juventud Vasca de Bilbao en 1935.
Uno de los grabados más sugestivos referentes a esta casa es el debido al famoso dibujante y artista Urrabieta, que se publicó en 1865 en la "Crónica de Vizcaya".
(32) En el citado Libro Conmemorativo del 75.0 aniversario del Banco de Bilbao, pág. 17. (33) "Bilbao: Desaparece la Casa de «El Pasaje». Albergó a tres generariones de escritores y a un famoso café" (se refiere al autor a "El Nervión", centro de tertulias literarias y artisticas, con asistencia de figuras de renombre) y "El primer gran edificio del Bilbao moderno. Así era hace un siglo la «Casa de Mazas» que ahora desaparece". Ambos articulas en "El Correo Español-El Pueblo Vasco". el 8 y 19 de febrero de 1969, respectivamente.

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Fernando de la Quadra Salcedo, en sus "Calles de Bilbao ", se refiere a la calle que se bautizó con el nombre de nuestro personaj e. Y en el mismo capítulo (34) recuerda y comenta una famosa fotografía histórica (que ha servido de portada a la edición "Historia contemporánea del País Vasco ", de F. García de Cortazar y Manuel Montero, San Sebastián 1982) en la que aparece Joaquín de Mazas en un grnpo de catorce significativos personajes de la época entre los que están Gurtubay, Zabálburn, Barandica, etc. etc.
Joaquín de Mazas, nacido en 1787, murió en Bilbao en 1865. Casó con doña Balbina de Torre y Aldecoa, fallecida en San Juan de Luz en 1874. Las familias de Mazas y Orbegozo emigraron al otro lado de los Pirineos con motivo de la guerra carlista (aún recordamos el cháteau rodeado de espléndido parque, ya desaparecidos, que ocuparon entonces en Anglet). Sin duda, coinci­dirían allí con su pariente tolosano Antonio Elósegui Lizargarate, fundador de la fábrica de boinas (Tolosa, 1857-1859), emigrado también a San Juan de Luz. Pero él por su alta significación carlista.
Con respecto a la descendencia de Joaquín de Mazas, diremos que su hija casó con Domingo de Ocharan y Salazar, de Castro Urdiales, quienes tuvieron a LUIS DE OCHARAN y MAZAS, escritor y autor de unas obras poco conocidas, "Marichu ", de la que conocemos dos ediciones, una en tres tomos (Madrid, 1916) y otra publicada en Barcelona en 1918; y el cuento "Angela" que, precedido por una carta de Trneba, fue editado en Bilbao en 1887. Hijo del anterior, el también escritor LUIS OCHARAN ABURTO, autor, entre otras cosas, de "Apuntes de mi carpeta" (Madrid, 1946).
Aún existe, aunque ahora en otras manos, la fantástica finca y castillo en Castro Urdiales de los Ocharan.
Es también interesante la figura de su otro hijo, PEDRO DE MAZAS Y TORRE, a quien Llano Gorostiza dedicaba su artículo antes citado y recorda­ba que, tras reorganizar la empresa familiar Santa Ana de Bolueta, en 1886, ahora hace un siglo -y de la que fue presidente-, en 1895, y ante las deficiencias del alumbrado de gas, se decide por la instalación de alumbrado eléctrico. "La nueva central comienza sus servicios de distribución de fluido eléctrico a fines de 1896, mediante la utilización de dos turbinas, alumbrando a la Villa hasta que se funda, en 1908, la Unión Eléctrica Vizcaína". Que fue el precedente de Iberduero. Concluía Llano Gorostiza diciendo que a Pedro de Mazas "Bilbao le debe la energía eléctrica y los aceros Siemens-Martín". (Recordemos en este punto que Antonio Bandrés fue el director de la Central Eléctrica de Santa Ana de Bolueta).
En 1872 forma parte del Ayuntamiento que presidía Andrés de Ysasi, marqués de Barambio, junto a su cuñado antes citado Domingo de Ocharan y Salazar y otras relevantes figuras. En ese mismo año es gerente de Santa Ana
(34) En la colección "El Cofre del Bilbaino" (Bilbao, 1963), págs. 60 a 62 y fotografia pág. 44.

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de Bolueta, apareciendo en tal condición en la "Relación de Fabricantes" que elaboró el vicepresidente de la Junta de Comercio de Vizcaya, Eduardo Coste Vildósola, a instancias del entonces alcalde Joaquín de la Quintana.
Formó parte también de la Comisión preparatoria para la representación de Vizcaya en la Exposición Universal de París de 1878 (en la que Santa Ana de Bolueta obtuvo medalla de plata, como ya lo decimos en otro lugar), junto a Juan E. Delmas, Juan de Barrueta, Luis de Ansótegui y Antonio de Trueba. Recuerda en este extremo Manuel Llano Gorostiza en su "Cuna de Mercade­res": "La solemne Mención Honorífica que el Jurado de la Exposición Univer­sal celebrada en París en 1867 otorgó a las provincias Vascongadas "por sus condiciones morales", era orgullo y acicate en las mentes de los vizcaínos ilustres que en 1877 soñaban para la provincia el brillante porvenir...".
En 1874, y como consecuencia del establecimiento de una contribución especial a la propiedad urbana e inquilinato de Bilbao para hacer frente a los gastos de fortificación en los alrededores de la Villa y a lo largo de la ría para prevenir posibles ataques carlistas y defender el tráfico portuario, preside la comisión de propietarios encargada de la distribución y cobranza del impuesto en la zona anexionada. Son muy curiosas las incidencias que referentes a tales problemas describe Manuel Basas con su habitual documentación en "Econo­mía y Sociedad Bilbaínas en torno al Sitio de 1874". El mismo Basas recuerda que fue regidor del Ayuntamiento de Bilbao (1872-73) y segundo teniente de alcalde (1877-78 y 1879-80).
Pedro de Mazas formó parte del grupo de fundadores de la primera Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Bilbao.
Nacido en Bilbao en 1826, casó con Juana Bandrés y Zunzunegui, natural de T olosa, de cuyo matrimonio no hubo descendencia.
Creemos que reveses de fortuna y diferencias familiares testamentarias eclipsaron prematuramente la brillante estrella social y económica de la familia Mazas. Estrella tan brillante como la que se deduce de los textos del profesor Basas cuando menciona a esta familia entre "los propietarios más descollan­tes" (junto a las casas más siguificativas de la Villa) y como "los setenta mayores pudientes o contribuyentes", incluidos en las listas para la elección de compromisarios para senadores en 1876, correspondientes a la propiedad territorial e industrial y comercial de Vizcaya. No vamos a reproducir aquí sus nombres porque son sobradamente conocidos (35). Asimismo, en el monu­mental libro "Un siglo en la vida del Banco de Bilbao", varias veces citado, aparece mencionada la familia, al tratar del Consulado de Bilbao, cuando dice:
"Refiriéndonos sólo al siglo XIX, vemos entre los rectores de aquella insigue institución apellidos como Landecho, Mazarredo, Mazas, Allende-Salazar, Mur­ga, Jane, Orueta, Novia de Salcedo, Achútegui y tantos otros, entre quienes
(35) "Economía y Sociedad Bilbaina ... ", págs. 410 y 506.

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hemos de mencionar especialmente a Epalza". Y ya en sus últimas páginas:
"Aparecen ya otros nombres rigiendo los destinos del Banco de Bilbao, muchos de los cuales son también quienes dirigen empresas de toda clase y presiden la vida administrativa de Vizcaya. Vénse en los Consejos del Banco los apellidos de Zubiría, Mazas, Aguirre, Alzola, Coste y Vildósola, Mac­Mahon, etc." (36).
En fin, era Bilbao, en aquel mundo, una ciudad deslumbrante y progresi­va: brillante en sus castas importantes y preocupante en cuanto a las indignan­tes desigualdades e injusticias flagrantes en sus clases humildes. Diferencias que irían en progreso a lo largo de las sucesivas décadas del nuevo siglo entrante. Al recordar en estas páginas aquel ambiente, no podemos menos de hacemos una sombría reflexión sobre el trágico problema de las desigualdades sociales entonces, en la época de aquella industrialización. Su meditación acarrea una profundísima inquietud. Y una inquietísima conciencia en aras a conseguir la igualdad humana: social y económica para empezar.
Hecha esta digresión un tanto marginal, y que al menos en sus términos más esquemáticos no podíamos evitar para poder continuar con estas líneas, nos referiremos ahora a otras interesantes personalidades, literarias y cultura­les, en esta familia.
JOAQUIN MAZAS ORBEGOZO recibió de su madre la poetisa Matilde de Orbegozo una gran herencia literaria. Figura poco conocida y olvidada entre nosotros, muerto prematuramente, Basas le considera como "notable bilbaíno de gran renombre nacional" (37).
Llevado por sus inquietudes culturales y literarias, trabajó de 1880 a 1888 como redactor de "El Globo", de Madrid, periódico en el que fue cronista parlamentario y autor de numerosos artículos políticos, históricos y de cos­tumbres populares; "primores literarios", como escribió "El Resumen" de Madrid (24 de marzo de 1890) a su muerte. Por razones de salud y -transcri­bimos de la misma fuente-- "convencido de que su carácter independiente no se amoldaba a las condiciones de estas luchas de nuestros tiempos, enemigo de la realidad con sus impurezas, convencido de que no podía vivir aquí, volvió los ojos a la noble tierra en que había nacido, y allá se fue en busca de salud y de reposo". Y es que --como escribiría al día siguiente el periódico bilbaíno "La Unión Vasco-Navarra. Periódico Fuerista"-: "a consecuencia de diferencias que surgieron en la aprobación de la línea de conducta que el jefe del posibilismo seguía últimamente, se separó de la redacción del órgano oficial del Castelarismo, viniendo a residir entre nosotros". Se trataba de "uno de los movimientos de retroceso" de Castelar, "que no todos se avienen a
(36) Ob. cit., págs. 554 y 571. En el Libro Conmemorativo del 75.0 aniversario del Banco de Bilbao, pág. 68, aparece en efecto Pedro de Mazas como Presidente de su Junta de Gobierno en 1882.
(37) "Los Mazas y Bilbao", en "Apología de Bilbao", pág. 126.

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seguir con la docilidad y sumisión que exige el famoso tribuno", escribía "El Liberal" de Madrid (24 de marzo de 1890), que tenemos a la vista.
Ya en Bilbao, y vacante la plaza de Cronista y Archivero del Señorío de Vizcaya, por muerte del malogrado don Antonio de Trueba, primero que desempeñó unidos tan importantes cargos, fue uno de los que optó a tal puesto, siendo nombrado para desempeñarlo.
Fue también colaborador de "El Nervion ", dejando, entre otras cosas, una preciosa serie de artículos llamada "Páginas Olvidadas" (1893).
La muerte se lo llevó sin haber cumplido aún los 30 años, cuando se disponía a coleccionar sus artículos sobre costumbres vascas y a publicar una serie de investigaciones sobre documentos vascos, en su carácter de Cronista de Vizcaya.
Los comentarios que tanto en la prensa de Madrid como en la de Bilbao se escribieron a raíz de su muerte --que, por lo que leemos en ella, fue lloradísima- hablan de unas calidades humanas y morales sobresalientes. Y, por supuesto, literarias. Y se aprecia que no se trata de los típicos y obligados comentarios necrológicos, sino de algo más profundo y auténtico. Concluya­mos estos breves datos biográficos con los siguientes testimonios de "El Globo ", de Madrid ("Periódico Ilustrado, Político, Científico y Literario", como se titulaba), de 25 de marzo de 1890:
"Con la hermosura de su corazón podía compararse tan sólo la rectitud de su carácter. Debajo del consumado periodista aparecía en cuanto llegaba la ocasión el honrado caballero, incapaz de transigir ni aun con las ligeras imposiciones y conveniencias a que solemos atemperamos todos ( ... ) Si se coleccionaran en un libro aquellos bocetos trazados a la vista del mar, aquellas semblanzas de guardas de faros y de marineros, aquellos estudios hechos con el pensamiento o con los ojos puestos en el suelo nativo, a buen seguro que sobresaldrían entre lo mejor de nuestra literatura contemporánea ( ... ) Fortale­cido con una educación clásica y guiado por una cabal e ingénita percepción artística, sabía como nadie encontrar los rincones íntimos del alma, y expresar, mediante una simple nota, las emociones más reservadas y más tiernas."
Nos proponemos para otra ocasión hacer una recopilación de los artículos de Joaquín Mazas Orbegozo. Ocurre que, como comentaba "El Porvenir Vas­congado ", de Bilbao (24 de marzo de 1890), infinidad de artículos suyos, en los principales periódicos de Madrid y Bilbao, no llevan firma debido a la excesiva modestia de su autor. Lo intentaremos, no obstante. Murió soltero y fue enterrado en el cementerio de Mallona.
Hermano suyo, DIEGO DE MAZAS ORBEGOZO, nacido también en Bilbao (1867), quien, a su condición de Presidente del Colegio de Agentes de Cambio y Bolsa (1922-1925), unió una atractiva personalidad literaria.
"El Noticiero Bilbaíno" ("Diario imparcial, Defensor de la Unión Vascon­gada"), resumía así su personalidad el 26 de diciembre de 1925:

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"Fue un paladín de nuestro pueblo, por el que rompió lanzas como un caballero de épocas pretéritas y supo manejar la pluma con el desembarazo y la gallardía de hombre habituado a las lides, saliendo al paso de acusaciones injustas y de ataques al buen nombre y al prestigio de su pueblo natal."
"Su labor literaria, dispersa en los diarios locales (38) y especialmente en "El Noticiero Bilbaíno ", para cuyas columnas reservó sus más interesantes artículos, constituye la ejecutoria más brillante de su bilbainismo. Ferviente amor a Bilbao, culto a sus tradicionales afectos y costumbres, con felices notas de finísima ironía y extraordinaria delicadeza de sentimientos, son la caracte­rística de su labor desinteresada en las letras."
Muy cercano al nacionalismo vasco (tal vez sentía el atavismo de la antigua relación de amistad de su familia con la de Sabino Arana), Fernando de la Quadra Salcedo destacó en efecto su amistad con el famoso Sir Ramón de la Sota y sus viajes por Europa, el Mediterráneo y Atlántico.
En el mismo capítulo, "Diego Mazas y Orbegozo ", de sus "Economistas Vascongados ", escribía el citado marqués de los Castillejos que nuestro perso­naje fue "escritor sencillo de estilo y agudo de concepto, observador de la época y enterado de su Bilbao, por cuya prosperidad laboró siempre con entusiasmo en los actos de su vida y en sus escritos y polémicas".
Su vasquismo, puesto de manifiesto en tantos y tantos de sus escritos, le llevó a ser "uno de los más entusiastas asistentes a la cátedra de vascuence que creó la Diputación, bajo la dirección del profesor D. Resurrección M." de Azcue" (39).
Fecundo conferenciante, aparte sus innumerables artículos periodísticos hemos de destacar aquí sus escritos "La taberna y el domingo en el campo" (Conferencia dada en Solidaridad de Obreros Vascos) (Bilbao, 1913), en la que "el sentido de su sociología convierte en dictados prácticos las más altas especulaciones de los teorizantes socialistas"; su prólogo a "El Bilbao del Maestro Valle visto desde la Coral", de Alfredo de Etxabe "El de Iturribide" (Bilbao, 1970); y "La sociedad de Bilbao en 1887" (Bilbao, 1918). Meditando sobre aquel tiempo del 87, transcribía a su sobrino Rafael Sánchez Mazas con esta bella cita:
"[Qué tiempo! Poco más de una década había pasado desde la segunda guerra civil. La Villa de pasiones mercantiles y liberales había vencido, por última vez, a la Vizcaya solariega y aldeana ... Parecía una gloriosa ciudad de mercaderes, de aquellas de la historia de Italia, que acabase de ganar franqui­cias y libertades al feudalismo. Pero Bilbao quedó con aquella victoria como invadido de una tristeza".
(38) Conocemos sus escritos en los periódicos "Diario de Bilbao", "El Nervián ", "La Tarde" y "El Pueblo Vasco".
(39) En la biografia que José Antonio Torrente le dedica en su "Historia de la Bolsa de Bilbao" (e dic. de dicha institución, Bilbao, 1966), pág. 157.

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"Los pueblos, cuando abandonan el pasado familiar para ir a un futuro donde les aguarda una historia más grande, tienen esa pena de los hijos que van a labrar su vida. Y, muchas veces, antes de doblar la senda de su historia recién emprendida, vuelven atrás los ojos calientes de lágrimas ... "
Colaborador de la famosa revista "Hermes ", fue también uno de los precursores y socios del "Txoritoki" y del "Kurding", especie de club juvenil satírico-gastronómico-artístico-cultural, con gentes que iban de Losada y Rego­yos al exquisito músico Juan Carlos de Gortázar, y que tanto dio que hablar. Las "Memorias de un Bilbaíno ", ya citadas, reproducen paneles de Zuloaga, Losada y Guinea que cubrían las paredes del "Kurding", y en la que aparecen pintados los personajes más característicos de entonces, entre los que figura nuestro hombre (40).
También vemos su firma en el primer año (1914) de la revista "Informa­ción ", de la Cámara de Comercio bilbaína.
En su destacado ejercicio como Agente de Cambio y Bolsa, la citada obra "Historia de la Bolsa de Bilbao" recuerda que, en su 'etapa de presidente, le cogió de lleno la famosa y trágica suspensión de pagos del Crédito de la Unión Minera; añadiendo que "bajo su presidencia se desarrolló extraordina­riamente la norma jurídica y reglamentaria de la Bolsa".
En este libro, documentado y riguroso, pueden leerse diversos versos y composiciones divertidas que nuestro autor dedicó a sus compañeros de profesión.
La muerte le sorprendió en plena madurez en París, en uno de sus frecuentes viajes a la capital francesa que tanto admiraba y le subyugaba, falleciendo allí repentinamente el día de Nochebuena de 1925.
Casó con Dolores Maruri, quien le sobrevivió hasta 1956.
Su casa "Etxetxu", en la avenida Lejana, de Neguri, era un delicioso reducto del viejo Bilbao de sus mayores, con preciosos cuadros, libros y muebles antiguos.
De los miembros de esta saga, contemporáneos a nosotros y siguificados por su carácter literario y cultural, hay que citar finalmente a RAFAEL SANCHEZ MAZAS -a quien a lo largo de las páginas precedentes hemos
(40) Además de las obras que venimos citando, varios otros libros se ocupan de nuestro personaje. De la colee. "El Cofre del Bilbaino", "Cuadros de la vida bilbaína", de Alfredo Echave y Juan E. Delmas (1965); "Divagaciones de un bilbaíno", de Alejandro de la Sota (1967); "Cancione­ro Bilbaíno", de Julián de Echevarria (1969); "La Sociedad Filarmónica de Bilbao", de Ramón A. Rodamilans (1970), en que aparece nuestro autor entre sus primeros socios; e "Histotia de la Sociedad Bilbaína" (1839-1965) donde nuestro querido amigo Juan Ramón de Urquijo recuerda a Diego Mazas como autor del magnifico articulo "El agur a la Bilbaína vieja", con motivo de la inauguración del nuevo edificio en 1913, recordándole el Sr. Urquijo en su documentado capitulo "La Biblioteca".

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mencionado varias veces- y a sus hijos; fundamentalmente a MIGUEL, catedrático de Lógica de las Normas en Ginebra yen la Universidad del País Vasco, y a RAFAEL SANCHEZ FERLOSIO, Premio Nadal. Queden aquí citados con toda la importancia que merecen, pues desarrollar estas personali­dades, y su entorno cultural y humano, trasciende las posibilidades de espacio de este trabajo. Como tampoco es posible hablar aquí del interesante linaje italiano de Ferlosio.
Sirva como pauta de orientación al lector los cinco magníficos reportajes a toda plana publicados por Enrique de Ybarra recientemente (t'El Correo Español­El Pueblo Vasco", 15, 16, 17, 18 Y 19 de octubre de 1985), con el título genérico "Una visita al mundo de Sánchez Mazas con motivo de 'Rosa Krüger'", novela inédita publicada a los casi cincuenta años de que fuera escrita. Asimis­mo, es digna de recordarse una serie de bellos artículos publicados en el libro
"Apología de Bilbao" (1969), citado a lo largo de este trabajo. Libro que, por cierto, reproduce un grabado con el evocador "Paseo de D. Rafael Sánchez Mazas" en el Parque de Bilbao, junto a otras preciosas viñetas e ilustraciones. Se deben aquellos artículos a las firmas de José M." Alfara, José M." de Areilza, Luis Calvo, Eugenio Montes, Javier de Ybarra, Joaquín de Zuazagoi­tia, Manuel M." de Barandica y Uhagón, Aurora Lezcano, marquesa de O'Reylly y Marino Gómez Santos. Todos ellos, con motivo de la muerte de Rafael Sánchez Mazas (41).
* * *
(41) Suya es esta descripción del ambiente bilbaino del que aqui hemos venido tratando. Y la traemos ahora porque nos sitúa, con el evocador soplo romántico tan propio de su autor, en el escenario de aquellas épocas. El precioso pasaje corresponde a su "Vaga memoria de cien años", también citada, reflejo de un costumbrismo que hoy puede parecemos algo casi como irreal:
"La Villa ha consumado ya dos etapas decisivas para su historia: ha pasado a la orilla de Abando, y muchas familias van perdiendo la antigua 'ese' de la pronunciación vizcaína para sustituirla por la 'ce' castellana. Hubo un momento en que había una especie de abismo inconfesable entre las gentes del Ensanche y las del Casco Viejo, y entre las gentes de la 'ese' y las gentes de la 'ce'. Eran como dos pueblos y dos épocas. Hubo hasta discordias familiares entre gentes de una misma casa que hablaban las unas todavía con la 'ese' y otras que aún en madura edad adoptaron el uso de la 'ce'.
Dos viejas solteronas, de las que me quedó un gran recuerdo, Mercedes y Pascuala Arana, tenían en la Plaza Circular una casa de lustrosos muebles y reluciente plata, iluminada todavía de globos de gas ... Hacia 1900 creo que Mercedes y Pascuala hablaban las dos con la 'ese'. El tono de Bilbao fue subiendo y el mundo de la tertulia de las de Arana se fue ligando a una sociedad cada vez más exigente y cosmopolita y hasta un poco "snob". Hacia 1910, Mercedes, que tendría ya setenta años, decidió colocarse la 'ce' como si se pusiera un diente de oro. Pascuala se quedó fiel a su antigua 'ese' local, familiar y heredada. Siempre pensé que esto había creado o revelado entre las dos hermanas una enorme disparidad. Y aún creo que por efecto del abismo tragicómico que la 'ese' y la 'ce' descubrieron, se formaron en la vasta tertulia como dos partidos: el de la fidelidad entrañable a lo tradicional y el defensor de la adaptación progresiva a los nuevos estilos.
En cuanto a la cuestión de la orilla izquierda o de Abando, yo recuerdo muy bien que mis tías no transigieron jamás con el Ensanche. Estas tías viejas (..) pertenecían a una rama de la familia que, como pocas veces, había combatido durante la Zamacolada contra la villa de Abando. Pero mis tías viejas se encontraron con el sacrilegio de que otra rama de la familia

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Rafael constituye una personalidad cultural de primerísimo rango sobre la que tendrá que escribirse largo y despacio, aunque los vientos políticos de hoy no sean propicios a sus ideas. "Clásico preterido de nuestra literatura ... , ejemplo de perennidad ... , es un escritor en el que advertimos, por timidez y orgullo, una invencible desgana por hacer carrera, y el hosco semblante con que suele aparecer en las fotografias parece dedicado a conjurar los halagos y tentaciones de la historia inmediata", escribía Carlos Pujol recientemente en
"La Gaceta del Libro " (enero 1985).
" ... De Quevedo tenía la causticidad directa y descamada. De Cervantes la serena armonía. La fragancia le venía de Italia ... Pocos saben que era un gran poeta. Novelista, ensayista, periodista ... , ya se sabe que no hubo otro igual en su generación, y que su cultura humanística fue sólo comparable a la de Ramón Pérez de Ayala. Pero ¿poeta? ¿Quién sabe hoy que era Rafael Sánchez Mazas uno de nuestros más puros poetas contemporáneos .. ?", decía Luis Calvo en "ABC" el 19 de octubre de 1966.
"«A cristo desnudo en los brazos de su madre» y «A Jesús Crucificado» bastarían para proclamarle como uno de los más importantes poetas de su tiempo", escribía Marino Gómez-Santos en "ABC ", en 1968.
Este es uno de los espléndidos sonetos religiosos de, Rafael, que condensa toda la tradición cultural, estética y espiritual de los suyos, desde D. Miguel de Unamuno a Sánchez Mazas, por los que corrió la sangre común de Jugo y con el que concluimos:
Delante de la cruz, los ojos míos, quédenseme, Señor, así mirando,
y sin ellos quererlo estén llorando porque pecaron mucho y están fríos.
construyó la primera casa del Ensanche y propugnó con ardor excepcional porque este Ensanche de Bilbao se lograra. Pero mis tías viejas no cedieron jamás. Apenas pasaban el puente como no
fuera por necesidad. No compraban nada en las tiendas de esta parte del río y, sobre todo, no venían nunca a oir misa a las iglesias del Ensanche, y muchísimo menos a confesar y comulgar. Debían figurarse que el Ensanche tenía algo así como un suplemento de pecado original o que el misterio de la Redención se había cumplido de modo especialmente privilegiado para las gentes de la parte vieja. Era yo muy pequeño y recuerdo que una de estas tías inolvidables dijo a mi madre esta inolvidable frase: Mira, Rosario, a mí la misa del Ensanche no me parece ni misa» ...
Hasta aquí, pues, estas pínceladas de Sánchez Mazas sobre aquel finísecular Bílbao al que, según José M." Alfara, "lo amó a veces con aspereza -como su paríente Míguel de Unamuno-­pero con víolenta sínceridad". Es testímonío, en fm, y como escríbía nuestro querído amígo José M." de Areílza, de una persona que fue "no sólo uno de los grandes escrítores de nuestro tiempo, síno tambíén una figura señera de la cultura vascongada". "Rafael era ---díce Areílza- escrítor de raza y poeta de vuelo címero, narrador ínverosímíl ( ... ) y auténtico maestro de líteraturas euro­peas ... ". Fue, en definítíva, como escríbe el editor de "Apología de Bilbao" "uno de los mejores cantores ---en prosa llena de lírísmo-- de nuestra Vílla de Bílbao".

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y estos labios que dicen mis desvíos, quédenseme, Señor, así cantando, y sin ellos quererlo estén rezando, porque pecaron mucho y son impíos.
y así con la mirada en Vos prendida, y así con la palabra prisionera,
como la carne a vuestra cruz asida, Quédeseme, Señor, el alma entera;
y así clavada en vuestra cruz mi vida, Señor, así cuando queráis me muera.

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